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De acuerdo con MacIntyre (1977), las narrativas construidas o reconstruidas como solución a la crisis epistemológica serán ellas mismas una historia de la transición entre una teoría A, a otra más comprensiva, B. Por supuesto, este cambio de perspectiva requiere establecer teorías formuladas sobre la base de argumentos enteramente distintos de los argumentos apodícticos que, como ya hemos señalado, rechazan la dimensión práctica de la razón. Aquí entra en juego el modelo de argumentación trascendental que Taylor (1997a) considera central para el razonamiento práctico, pues recupera el vínculo entre la epistemología y la moral.
Pese a su carácter trascendental, este tipo de argumento ha sido desacreditado por la perspectiva naturalista moderna por proponer una
explicación de la vida humana en términos enteramente antropocéntricos y fenomenológicos y esta es simplemente una cuestión inaceptable para la comprensión del mundo en términos neutrales. Debido a que el argumento trascendental —a través del ejercicio de una racionalidad práctica cuyo punto de partida radica en el compromiso entre el individuo y su experiencia—sitúa el acento en el valor de la perspectiva humana sobre las cosas, ha sido considerado no sólo inferior al apodíctico, sino también fuente de error y falto de rigor para la construcción de explicaciones absolutas y abstractas. Por este
motivo, para debilitar su influencia en la epistemología contemporánea y permitir recuperar el valor de la racionalidad práctica, Taylor (1997a)
recomienda recordar la inconsistencia de ese modelo.
Hasta este punto, hemos evidenciado cómo el enfoque cualitativo y epistemología admiten el ejercicio de la racionalidad práctica para formular teorías comprensivas que den razón de la experiencia del mundo involucrada en el ejercicio de la investigación. Asimismo, hemos visto que a través de argumentos trascendentales que dan cuenta de la transición de un punto de partida teórico A hacia una teoría B, es posible experimentar una ganancia
epistémica. Ahora bien, este punto de partida que representa la primera aproximación del investigador —ahora agente— es claramente identificable en el proceso de definición del problema de investigación, el cual estará cargado de reflexión, duda e incertidumbre (o certezas parciales). Aquí, el investigador no es acreedor de una certeza a priori sobre el fenómeno de estudio y en ese sentido la delimitación del problema supone un desafío que le brinda la posibilidad de reconocer que se verá enfrentado a otras narrativas que podrían llevarlo a experimentar una crisis. De ahí que el planteamiento del problema sea de cualidad recursiva y que se articule con el objetivo de construir “modelo s teóricos comprehensivos y con valor explicativo sobre sistemas complejos cuya
organización sistémica es inaccesible a la observación, sea esta natural o provocada” (González, 2008, p. 117). Como señala González (2008), esta explicación no es de carácter causal o demostrativo, sino más bien se establece como una explicación constructivo-interpretativa, ubicada en un contexto que requiere de la inmersión en el campo y resultado de la acción comprometida de
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personas que se asumen a sí mismas como agentes de producción de conocimiento.
Dicho lo anterior, es posible reconocer a las transiciones narrativas como un proceso implícito en la investigación cualitativa. Por lo tanto, para comprender el valor de los argumentos trascendentales es necesario revisar brevemente el proceso a través del cual el argumento hace explícita la transición entre teorías y la asunción de una actitud epistemológica de carácter fenomenológico - hermenéutico.
En principio, este tipo de argumento permite explicar la experiencia de
transición que supone el cambio entre posiciones epistemológicas en las cuales, la segunda, en el sentido de que se experimenta como ganancia epistémica, es
reductora del error e incluso supone una mejora en términos de clarificación narrativa. Esto significa que la teoría A no es considerada como falsa y desestimada como tal, sino que más bien se considera necesaria para poder formular la segunda teoría B, la cual propone un marco comprensivo más complejo y, además, resuelve sus anomalías al integrar la perspectiva amplia de los participantes. Asimismo, el argumento puede ser formulado en términos biográficos, en la perspectiva de la historia de una tradición (sea esta intelectual, cultural o política) e incluso en términos interpersonales. Lo que este argumento
ofrece es, concretamente,unainterpretaciónqueotorgasentidotanto al fenómenocomoalagentequeloexperimenta. En otras palabras, lo que este
argumento ofrece a los agentes es una interpretación de ellos mismos que, al
identificar contradicciones, aclarar confusiones o recordar creencias antes olvidadas, pretende reducir el error y configurar un saber más amplio (Taylor, 1997d). Como puede apreciarse, las cualidades de este tipo de razonamiento
apelan a un agente comprometido con cierto cuerpo de creencias.
Esto nos lleva a señalar las tres características de este tipo de argumentos,
las cuales Taylor (1997d) identifica como esenciales para comprender aquello
que estos pretenden probar. En primer lugar, estos argumentos consisten en una serie de pretensiones de indispensabilidad. Así, estos argumentos se caracterizan porque permiten explicar el paso de un punto de partida hacia determinadas conclusiones, las cuales demuestran que la condición que se explicita en la conclusión es indispensable para comprender el principio o el ámbito de experiencia que investigamos. Por ello, el punto de partida es que para que la experiencia sea inteligible, debe ser coherente, cuestión que, además, se establece como pretensión indispensable para el siguiente punto de la cadena argumentativa. La segunda característica contempla a las pretensiones de indispensabilidad como evidentes de suyo. El punto de partida
de la cadena argumentativa requiere considerar que la experiencia es
intencional, es decir, es vivencia dealgo. Dicho de otro modo, cuando el agente da cuenta de una experiencia, lo hace en referencia a un objeto. Por último, la tercera característica define a estas pretensiones como relativas a la experiencia,
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pues proporcionan a la cadena argumentativa un ancla, un “incontestable punto de partida” (ibídem. p. 52).
2. Agencia encarnada y racionalidad práctica. Una lectura fenomenológico - hermenéutica.
Ahora bien, tomando en cuenta los rasgos distintivos de la indagación trascendental, cabría preguntarse cuál es el lugar de la racionalidad práctica en la formulación de este tipo de argumentos. En principio, la racionalidad práctica se establece como el dispositivo que permite articular las explicaciones, otorgándoles así el matiz antropocéntrico que requieren para dar cuenta de la vasta complejidad de los asuntos humanos. Luego, permite formular un argumento moral que explicita los compromisos y horizontes éticos que proporcionan el sentido de orientación de la vida de los agentes. Además, como se explicó anteriormente, con el propósito de enriquecer el acto deliberativo, se aplica directamente a las cuestiones éticas y políticas. En este sentido, la racionalidad práctica recuperaelvalordelaexperienciacomopuntode anclaje paralaarticulacióndelacadenadeargumentos trascendentales.
Dicho esto, es posible reconocer la necesidad de recuperar el valor de un
modelo de racionalidad práctica que permita integrar a los agentes en el proceso de construcción de conocimiento vinculado a la experiencia, a la
“práctica” humana en el espacio social. De ahí que se aprecie el rol del trasfondo
como un elemento esencial para la formulación de nuevas explicaciones vinculadas a la experiencia. Al respecto, Taylor (1997c) señala que este trasfondo surge de la conexión con la idea de agencia vinculada, la cual ha de entenderse como la actuación de un agente cuya experiencia se hace inteligible únicamente al situarlo en su contexto. La actuación se encarna en la experiencia y su conexión significativa con el contexto es lo que, precisamente, la hace
inteligible. Es por esta razón que, desde un enfoque cualitativo de investigación, se valora la experiencia en tanto se hace inteligible para el investigador y para el participante. Ambos prestan atención a su vivencia y juntos son capaces de articular una explicación contextualizada, incluso considerando que este contexto representa el horizonte no explícito a partir del cual esta experiencia es entendida (ibídem. p. 101).
El trasfondo emerge del vínculo entre el agente y su experiencia, en un escenario de investigación que hace inteligible las vivencias para este. Así, aunque implícito y dado por sentado, a partir del ensayo de la formulación de explicaciones comprensivas, este trasfondo puede ser articulado o hecho
explícito en el lenguaje. Por lo tanto, siempre a través del establecimiento de una conexión con el contexto, cualquiera de sus rasgos, teorías, prácticas y creencias pueden ser puestas en cuestión.
Si dudar se establece como una actividad más compleja de lo que parece (MacIntyre, 1977), entonces el investigador que duda sobre sus teorías es
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concebido como un agente que se reconoce encarnado en una realidad social particular, realidad que experimenta y reconoce como fuente de sentido. Cuando el agente concibe su objeto y su propia actividad como un entramado de relaciones significativas, la asunción de una actitud fenomenológico - hermenéutica forma parte del proceso de explicitación del vínculo que tiene con el mundo.
Por ello, desde el punto de vista fenomenológico resulta esencial considerar la naturaleza de la percepción como un dispositivo que permite ser consciente del mundo, asumiendo como punto de partida el hecho de poder percibirlo.
Esta percepción será el fundamento de cualquier otro modo en el que el agente pueda situarse ante y en el mundo. En esa línea de reflexión, Taylor (1997d)
invoca la tesis del agente encarnado, formulada por Merleau-Ponty para explicar la interrelación entre la percepción y la encarnación en el mundo. Esta tesis sostiene que la percepción del mundo es, en esencia, la percepción de un agente encarnado, pues la experiencia de la percepción resulta del vínculo y el compromiso del agente con el mundo. En consecuencia, el campo perceptivo experiencia través del cual la experiencia se hace inteligible será crucial para determinar el curso de acción de este agente.
A partir de lo dicho, resulta vital hacer referencia a la estructura orientativa
del campo perceptivo como trasfondo ineludible de la experiencia y de la reflexión. Esta estructura contempla la dirección (e.g. arriba y abajo, derecha e
izquierda, etc.) vinculada a cómo el agente puede moverse y actuar en el
campo. Cabe señalar que dicha dirección no está centrada en la corporalidad del agente, sino más bien en su posición en el espacio de la experiencia. Por ejemplo, el investigador que se sitúa sobre un podio como observador de un grupo de trabajo, dirá que los participantes se encuentran debajo de él. Por el contrario, el investigador invitado a participar de una ceremonia tradicional percibirá a los participantes del evento frente a él o, de ser el caso, arriba de él.
Lo que este ejemplo permite explicar es que el campo, en tanto estructurado como un campo potencial de acción se relaciona con los modos de estar y actuar en el mundo. Tal como indica Taylor (1997d), al mencionar que “percibimos el mundo o tomamos parte en él, a través de nuestras capacidades para actuar en él (…) la direccionalidad sólo tiene sentido en relación con mi acción” (ibídem. p. 47).
De esta afirmación se desprende que el punto de partida para experimentar el mundo es la percepción, la cual es a su vez inseparable de este, pues el agente actúa y se vincula con él desde el acto de percibir. En efecto, la actividad está necesariamente dirigida hacia el mundo y se ejecuta en él. De esta forma,
según indica Taylor (1997d), resulta inevitable que el agente esté abierto al mundo; y esta apertura, en cuanto perceptiva, será la de un agente entrelazado con el mundo, arraigado en él. Dicho esto, la agencia encarnada no es un hecho que se descubra empíricamente, sino más bien es constitutiva de la experiencia. De ahí que, en la práctica, la idea de agencia encarnada sea una dimensión
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ineludible de la experiencia. Ser un agente encarnado es la condición de posibilidad para constituir un campo, un locusde acción.
La posición fenomenológica del agente encarnado nos permite argüir las cualidades del proceso de formulación de los argumentos trascendentales. Estos, al señalar características esenciales de la experiencia, se formulan para convencer a la otra parte. Este tipo de argumentos demuestra que es necesario concebirse como agente encarnado para tener una experiencia del mundo. La validez de estos argumentos se sostiene en el vínculo del agente con el mundo y en ese sentido sus conclusiones son relevantes y significativas porque prueban
la inevitabilidad de “estar arraigado en él”. Este razonamiento fenomenológico echa por la borda las pretensiones reduccionistas y mecanicistas de la epistemología moderna, las cuales procuran reducir la experiencia humana a lo corpóreo y mensurable. La epistemología moderna procura formular explicaciones que se sitúan fuera de la experiencia ordinaria. En este punto puede advertirse cómo estos argumentos revelan no solo un modo de ser en el mundo (i.e. agencia encarnada), sino también ponen de manifiesto un rasgo esencial de toda explicación, a saber, invocar la propia autocomprensión (Taylor, 1997d).
Aquí entra en juego la posición hermenéutica que juzgamos como necesaria
para el ejercicio de la actividad del investigador. La relación entre la agencia encarnada y la formulación de argumentos trascendentales permite articular el
proceso de interpretación de las experiencias que surgen en el escenario de
investigación. En el acto de comprender, el investigador debe reconocerse a sí mismo y a los participantes como agentes. Por lo tanto, se establece un círculo hermenéutico a través del cual el contenido de las interpretaciones se enriquece a partir del contexto y se complejiza en función de las experiencias de todos los agentes involucrados. Lo que ocurre aquí es que los argumentos se formulan para justificar teorías que emergen de la experiencia misma. Por consiguiente, el
argumento trascendental ha de basarse en la comprensión de la propia actividad, la cual autoriza a los agentes a enunciar ciertos juicios evidentes de suyo, indispensables para dar cuenta de su propia experiencia. De ahí que el paso de una teoría A, hacia otra, B, suponga, como hemos visto, una ganancia epistémica; es decir, lo que los agentes ganan en términos cognoscitivos — en su calidad de agentes capaces de experiencia—son nuevos sentidos, explicaciones comprensivas que desde una dimensión epistemológica articulan un saber sobre sí mismos.
Desde este enfoque, para comprender cómo la actitud fenomenológico - hermenéutica del investigador entra en juego, resulta necesario volver la mirada
hacia la situación de crisis epistemológica antes descrita. Es importante reiterar aquí que la crisis epistemológica no solo pone en cuestión las teorías implícitas de los agentes, sino que además cuestiona elementos de la vida cotidiana y las relaciones sociales. Esto sucede precisamente porque la crisis surge en el campo de la experiencia del agente en el mundo. Por lo tanto, cuando las narrativas
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dejan de ser capaces de dar cuenta de lo que sucede, el agente se ve interpelado ante la necesidad de formular y adoptar otra narrativa más amplia y esclarecedora.
MacIntyre (1977), explica que, en la resolución de una crisis epistemológica, el agente logra entender el motivo por el cual fue necesario reformular los criterios de verdad y comprensión previamente asumidos. El autor señala específicamente que el agente “hubo de volverse epistemológicamente autoconsciente” (ibídem. p. 85), condición que le permite formular dos conclusiones. En primer lugar, que la nueva comprensión narrativa puede ser
puesta en cuestión en algún momento. En segundo lugar, que no está en condición de sostener que ahora posee la verdad única o que es totalmente
racional, pues en las crisis los criterios de verdad, razón e inteligibilidad pueden ser revisados. Por ello, puede inferirse que la investigación como acto produciría situaciones de crisis epistemológica que obligarían al investigador a mantener la mirada atenta sobre la experiencia desplegada en el escenario de la investigación y a examinar sus teorías implícitas. Se requiere, entonces, que el investigador sea consciente de su posición en el ejercicio del conocimiento,
cuestión que nos permite introducir el concepto devigilanciaepistemológica .
3. El ejercicio de la vigilancia epistemológica. Contribuciones a una ética del quehacer del investigador.
La vigilanciaepistemológica es concebida desde el campo de las ciencias sociales como la capacidad del investigador para reflexionar epistemológicamente sobre la práctica de su disciplina y su lugar en la sociedad en general (Blanco, 2010). Con el propósito de examinar los cimientos y problemas de la investigación en ciencias sociales, Bourdieu, Chamboredon y Passeron (2002), formulan este concepto manifestando la necesidad de poner
en cuestión la supuesta anarquía conceptual imperante en las ciencias sociales. Para los autores, esta reflexión implica evaluar críticamente una práctica científica con el fin de ir más allá de sus exigencias de rigor. Por tanto, la vigilancia epistemológica requiere liberarse de sus estándares metodológicos impuestos que son parasitarios de la epistemología subyacente a la ciencia experimental. De este modo, la vigilancia se postula como necesaria para la investigación en ciencias sociales y exige la explicitación de los problemas que surgen en el proceso de investigación, así como los principios considerados para construir un objeto de estudio (ibídem. p. 52). Este acto requiere reconocer el posicionamiento epistemológico del investigador y evitar su subordinación a
“automatismos de pensamiento” (que no se someten a crítica) o a deslumbramientos frente al aparato técnico o teórico desde el cual se pretende diseñar y ejecutar una investigación (ibídem. p. 90).
Resulta sencillo ilustrar esta situación. Solo haría falta imaginar a un investigador novel que realiza en solitario su primera investigación formal.
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Naturalmente, este identificará un problema de investigación en la realidad social y decidirá abordarlo a partir de la corriente teórica que haya marcado la pauta de sus intereses intelectuales y de su trabajo. Antes de encontrarse con el
campo, sus primeras indagaciones lo llevarán a confirmar, apriori, que la teoría escogida es pertinente para realizar el estudio. Además, sus búsquedas bibliográficas lo conducirán a encontrar un instrumento que promete un amplio recojo de información. Enseguida, considerando que el plan establecido es pertinente para responder a su pregunta, el investigador formulará el proyecto de investigación. Hasta este punto, la mirada de nuestro personaje estará
puesta tanto en sus propios intereses como en las intuiciones epistemológicas basadas en los aparatos técnicos y teóricos escogidos. Ahora bien, al llevar este proyecto al campo, es decir, al espacio de encuentro con el otro, se encontrará con otro tipo de saber, un saber común, producto de las prácticas sociales cotidianas. Frente a esta situación, que ya podríamos caracterizar como crisis, el investigador tiene al menos dos opciones: (1) imponer a la realidad social el marco teórico-metodológico de su investigación o (2) reconocer la emergencia de este otro tipo de saber que lo lleva a identificar el error de su posición inicial. Sin embargo, para que esto ocurra es necesario que el investigador haya formado el hábito de reflexión sobre su propia práctica y el reconocimiento de
las graves consecuencias de la imposición de ideales de absolutez de los sistemas conceptuales (ibídem. p.24). Este acto reflexivo deberá permitirle poner
en cuestión el lugar que ocupa en el campo científico e identificar las
determinaciones inherentes a la postura intelectual adoptada (Blanco, 2020). La adquisición de este hábito forma parte de la pedagogía de la investigación, pues desde la perspectiva de Bourdieu et al. (2002) es indispensable para elaborar las particularidades de la práctica y concretar los preceptos del principio de vigilancia epistemológica.
Como bien explica Blanco (2010), esta vigilancia requiere de una ruptura
epistemológica respecto de lo que el investigador cree saber y entender de la realidad que pretende estudiar. En este sentido, esta ruptura se realiza necesariamente a nivel práctico, es decir, desde la experiencia en el escenario de investigación, que supone para el investigador el encuentro con otros agentes, y, por lo tanto, con otros modos de comprensión. No obstante, Bourdieu et al. (2002) sostienen que la ruptura es usualmente anunciada más no ejecutada. Este anuncio, por ejemplo, se manifiesta en la definición del objeto de estudio como una construcción teórica provisional, destinada a sustituir aquellas nociones del sentido común por otras vinculadas a concepciones científicas. Por lo tanto, la ruptura epistemológica debe distinguir entre las interpretaciones
científicas del funcionamiento social (abstractas) de aquellas antropomórficas. Solo de esta forma, podrá admitir la explicitación estricta de la experiencia. Pero, sobre todo, esta comprensión de las cosas debe ejecutarse en la práctica.
La ruptura es el primer acto del proceso de vigilancia epistemológica y a este le siguen la construcción y comprobación (Blanco, 2010). En términos
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generales, el proceso integral se articula con la necesidad de mantener coherencia conceptual respecto de las líneas teóricas escogidas para ejecutar la investigación. La explicitación de la posición epistemológica y la pretensión de coherencia llevarán al investigador a identificar los errores que se cometen en el proceso, para así determinar los mecanismos metodológicos que permitirán superar los problemas que surjan. La captación del error de la posición
epistemológica asumida y sus efectos permitirán construirla lógica de la nueva narrativa, la cual ha de comprobarse asumiendo siempre su inestabilidad relativa.
Es por esta razón que podemos considerar a la vigilancia epistemológica — y el acto reflexivo que ella supone— como mecanismo generador de conocimientos socialmente significativos (Iturrieta, 2019). Para poder generarlos, es necesario someter a examen las pretensiones de validez que los procedimientos y técnicas de investigación suscriben, los cuales tienden a ser aplicados de manera automática y acrítica. Esto requiere, además, reconocer que la aplicación de tales metodologías siempre han de ajustarse a un contexto
específico y particular, por lo que requieren de un ajuste adhoc. Por ello, según indica Iturrieta (2019), es necesario que el investigador se formule una pregunta respecto a lo que considera que es la “naturaleza” de lo científico. En las ciencias
sociales, se impone esta necesidad a razón de la imprecisa separación entre la opinión común y los discursos epistémicos. La vigilancia epistemológica formula esta pregunta, pues la reflexión gnoseológica que sustenta la producción de conocimiento es de utilidad para identificar errores y admitir la necesidad de
discutir la integración del saber común en un concepto renovado de ciencia. Dicho esto, los conocimientos generados serán significativos en tanto emergen de la síntesis entre los conocimientos que provienen de la teoría y los saberes que se articulan desde la experiencia de los agentes.
Se sugiere que la investigación cualitativa se funde en una ética orientada a
la vigilancia epistemológica. Para ello es necesario desarrollarla y practicarla como un hábito intelectual a lo largo del proceso de investigación; esto incluye las etapas iniciales de formulación del problema y establecimiento del estado de la cuestión, así como las fases de recojo de información, análisis y discusión. Esta cualidad de la vigilancia nos insta a considerar también a la generación de conocimiento como actividad constante y recursiva en la que se reconoce la variabilidad de la definición del objeto de estudio, en tanto este se modifica a medida que emergen nuevos saberes. El investigador ha de estar atento a la emergencia de tales sentidos y de sus propias intuiciones, de modo que pueda tomar decisiones pertinentes abocadas a garantizar la continuidad del proceso.
Es así que la vigilancia epistemológica logra cimentarse como un hábito
imprescindible para la elección del tema de investigación y los conceptos o variables a utilizar; la construcción del objeto; la determinación y construcción de las técnicas de recojo de información; la modalidad de aproximación al
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trabajo de campo y familiarización con él y el análisis de los datos (Rosa, 2009), etapas que recordemos tienen un carácter dinámico.
Pensar en la vigilancia epistemológica suscita la formulación de una multiplicidad de preguntas que nos permiten evaluar nuestra posición como investigadores. Por ejemplo, ¿Cuál es el lugar de la teoría?, ¿de dónde emerge?, ¿cuán preciso es el objeto de estudio? ¿en qué medida es integrador el
planteamiento del problema y hasta qué punto es relevante la pregunta de investigación?, ¿cuán conveniente es el esquema metodológico planteado? Y por supuesto, aquella pregunta crucial en cuya formulación está implícito el vínculo entre la epistemología y la ética: ¿Enquémedidaesta investigación enriquecelaexperienciahumana?Como se observa, es posible plantear cuantas preguntas surjan en función de lo que ocurre en el proceso de investigación. Por ello, es de vital importancia reconocer el lugar de la formulación de la pregunta en el acto de investigar, tal cual lo refiere Heidegger (2018) al indicar que
Todo preguntar es una búsqueda. Todo buscar está guiado previamente por aquello que se busca. Preguntar es buscar conocer el ente en lo que respecta al hecho de que es y a su ser-así. La búsqueda cognoscitiva puede convertirse en “investigación”, es decir, en una determinación descubridora de aquello por lo
que se pregunta. (…) En la pregunta investigadora, e.d. específicamente teorética, lo puesto en cuestión debe ser determinado y llevado al concepto. En
lo puesto en cuestión tenemos entonces, como aquello a lo que propiamente se
tiende, lopreguntado[dasErfragte], aquello donde el preguntar llega a su meta. El preguntar mismo tiene, en cuanto comportamiento de un ente –del que pregunta- su propio carácter de ser. El preguntar puede llevarse a cabo como un “simple preguntar” o como un cuestionamiento explícito. Lo peculiar de este último consiste en que el preguntar se hace primeramente transparente en todos los caracteres constitutivos de la pregunta misma que acaban de ser
mencionados (p. 16).
Como ha sido descrito, formular preguntas es el modo de ser del investigador, el investigador no solo se plantea cuestiones importantes acerca del método y proceso de investigación, sino que también reflexiona en torno a aquello que emerge desde el fenómeno y sus implicancias en la vida de los agentes. Cuando Heidegger (2018) indica que todo acto de búsqueda está guiado por aquello que se busca, dirige la atención hacia el ser y su potencia para determinar el movimiento del ente para quien es inteligible la pregunta, es decir, el agente mismo y su capacidad de pensar. En este caso, el investigador, situado en el mundo y creador del escenario de investigación, hace emerger al
fenómeno en el preciso momento en el que formula aquellas interrogantes. Por ello, la respuesta a tales cuestiones marcará la pauta del investigador sirviéndole como eje de orientación a partir del cual podrá justificar sus dec isiones.
Ahora bien, para que esto ocurra se requiere reconocer la existencia de otras narrativas, aquellas que prometen otro tipo de interpretación de los datos
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que el investigador tiene a su disposición. Respecto a ello, Guzmán- Valenzuela (2014) describe dos perspectivas, que serán descritas a través de los mismos términos que utiliza la autora para garantizar la fidelidad de su explicación. La
primera, etic, pretende representar la realidad a partir de una perspectiva externa a la misma, siendo este el enfoque del investigador que determina el punto de partida teórico A como marco de referencia para interpretar el fenómeno. En esta línea de pensamiento, el investigador hará descripciones alejadas y abstractas de la experiencia de los participantes, cuestión que invita a pensar en un tratamiento positivista de la investigación cualitativa, sin que ello
sea evidente (Iturrieta, 2019). Por otra parte, la segunda perspectiva, emic, surge de la visión de los sujetos que participan en una realidad social determinada. Se trata de aquel saber que distinguimos como emergente de la experiencia misma, el cual requiere que el investigador preste atención a los diálogos y prácticas sociales que se hacen patentes en el contexto del fenómeno a partir del cual surgen aquellos nuevos significados que constituyen la otra narrativa. Así, el investigador realizará descripciones densas y complejas del fenómeno y
las validará con los participantes (Guzmán-Valenzuela, 2014).
Ahora bien, es posible considerar las perspectivas examinadas según cierto
orden jerárquico en función a sus contenidos. Esto nos permitirá describir luego el cambio de posición del investigador. De esta forma, se propone que el proceso inicie con un análisis de datos que proporcione los insumos para
formular descripciones inductivas de primer orden (emic), las cuales serán
sintetizadas e integradas a las categorías deductivas vinculadas a teorías abstractas de segundo orden (etic). Para Guzmán-Valenzuela (2014), ambas perspectivas son interpretativas, pues se ponen en ejercicio tanto a partir de la experiencia de los participantes como de las teorías implícitas desde cuyo horizonte el investigador otorgó sentido a los datos. Además, en esta dinámica de cambio de posiciones, el investigador participa de un juego dialéctico entre contenidos de carácter inductivo-descriptivo (emic) y deductivo-teórico (etic ) que es constante durante todo el proceso de investigación.
Las perspectivas eticy emicdescriben dos extremos de posición que puede asumir un investigador. Guzmán-Valenzuela (2014) los denomina “pol os epistemológicos”, siendo el polo epistemológico I aquel vinculado a una postura cercana a la teoría abstracta y alejada de la realidad. En contraste, el polo epistemológico II aproxima al investigador a la realidad circundante y, por lo tanto, a las interpretaciones de los participantes. Estos polos no se excluyen, pues forman parte de un continuo en el que se espera que el investigador pueda movilizarse. Es en este punto que entra en juego la vigilancia
epistemológica, pues es a través de su cuidado que el investigador podrá reconocer su posición y evaluar su pertinencia. La idea clave es que se instaure el movimiento natural entre ambos polos, mediado por la vigilancia, y que resulte en la formulación de una síntesis que subsuma la perspectiva del
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investigador, el marco teórico y la perspectiva de los participantes (ibídem. p. 20)6 .
Es conveniente precisar el lugar de la vigilancia epistemológica en la teoría de los polos epistemológicos antes descritos. En tanto mecanismo que permite dar cuenta de la posición epistémica es también un proceso continuo de autorreflexión que necesita ser explicitado. A partir de ella el investigador reconoce y verifica sus marcos conceptuales, ontológicos e incluso ideológicos y la forma en la que estos determinan o dificultan la aproximación al campo de estudio. Esta situación no desestima la asunción de ciertas narrativas para
interpretar la realidad, sino que más bien demanda la explicitación de las mismas, de manera que puedan ser revisadas a la luz de aquello que sucede en
el escenario de investigación. Por lo tanto, la vigilancia epistemológica puede ubicarse en el tránsito entre los polos epistemológicos y la realidad estud iada (ibídem. p.24).
Resulta necesario considerar al investigador como un agente en constante movimiento crítico. Es este movimiento entre posiciones que producirán la ruptura necesaria para cuestionar las narrativas implícitas que determinan el quehacer investigativo. Por tanto, es de vital importancia destacar que el rol del investigador ha de ser flexible, siempre involucrado en la realidad social, pues
así modificará sus posiciones según sea necesario. En este sentido, su capacidad reflexiva y atención a la experiencia han de serle útiles para examinar la
pertinencia de sus decisiones a lo largo del proceso.
La explicitación de la postura epistemológica y su subsecuente ruptura forman parte de un desarrollo continuo y recursivo que puede ser descrito en una serie de etapas que, a manera de espiral, se sobreponen unas a otras, a saber, (1) evaluación de las implicancias de la reflexión, (2) actividad reflexiva en el escenario, (3) movimiento crítico y (4) construcción y reconstrucción de narrativas. El punto de partida general se establece en el examen de la realidad,
que indudablemente se realiza a partir de marcos referenciales pre- establecidos, también descritos como ‘teorías implícitas’. Es a partir de esta condición inicial que el investigador ha de evaluar aquellas determinaciones suyas que van haciéndose explícitas durante el ejercicio mismo de la investigación. Estas se vinculan, como hemos visto, con la postura teórica asumida, la teoría del método y finalmente—no por ello menos importantes— las cualidades del campo disciplinar y profesional. Aquí entra en juego la biografía del investigador, en términos de su formación y experiencia profesional, así como también las tendencias de su especialidad. El investigador ha de evaluar
6 Desde la sociología, este tipo de movimiento entre polos epistemológicos se traduce en la formulación de Teorías de Rango Intermedio, definidas por Merton (1968) como teorías que se ubican a nivel intermedio respecto a las teorías generales de los sistemas sociales, cuyas explicaciones se alejan de clases particulares de comportamiento social y las descripciones particulares no generalizadas, propias de contextos específicos. Así, según el autor, las teorías de rango intermedio contendrán abstracciones, pero se mantendrán lo más cerca posible de los fenómenos sociales.
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aquellas implicancias y hacerlas explícitas en el espacio público, siempre en diálogo con los miembros de la comunidad académica a la que pertenece. De esta forma, al hacer manifiesta su posición, no solo se hace responsable de la misma, sino que también la reconoce como uno de los elementos que ha de defender o modificar en función a lo que ocurra en la experiencia de investigación, la cual podría conducirlo a iniciar una odisea que lo llevará a experimentar situaciones de crisis.
La segunda etapa corresponde a la construcción del escenario de investigación que supone la salida al campo social, es decir, al encuentro con el
fenómeno mismo. Ahora bien, esto puede ocurrir incluso antes de la formulación del problema, de ahí que se considere que estas etapas interactúan
entre sí. De esta forma, la inmersión en el escenario de investigación, y por tanto, la aparición de sentidos subjetivos novedosos, propios del fenómeno mismo y producto de la experiencia de los agentes involucrados, llevarán al investigador a realizar el examen de sus perspectivas intelectuales. Por ello, denominamos “actividad reflexiva en el escenario” al ejercicio de una reflexión situada en la experiencia. Para la tercera etapa, podemos recuperar la teoría de polos epistemológicos formulada por Guzmán-Valenzuela (2014), para dar cuenta del “movimiento” imperante del quehacer investigativo, a partir del cual
el investigador decide qué posición es pertinente. Esto supone que el investigador se comprometerá a estar atento a su perspectiva y se dispondrá a
modificarla para admitir la emergencia de nuevos sentidos. Por ello,
entendemos a la última etapa como aquella en la que las narrativas se articulan. Para llegar a este punto el investigador ha evaluado críticamente su posición epistemológica y ha identificado la ruptura generada a partir de la teoría emergente. Esta etapa supone la formulación de explicaciones comprensivas, las cuales reconocen el lugar del “otro” en la articulación de conocimiento situado, pues participan en él todos los agentes implicados en el escenario de
investigación.
Con la finalidad de situar el ejercicio de la racionalidad práctica en el quehacer del investigador a la luz del mecanismo de vigilancia epistemológica, es pertinente detenerse un momento en este punto. La propuesta del presente artículo pretende conjugar estos elementos, de manera que se promueva la comprensión del rol del investigador como agente, cuestión que recupera su posición en el campo de lo real, del mundo de la experiencia. He ahí el núcleo de una agencia de carácter fenomenológico-hermenéutico, en la cual el investigador se implica en la experiencia para poder dar cuenta de ella. El ejercicio de la racionalidad práctica se hace manifiesto en aquel momento en el
que el investigador discierne cuestiones éticas vinculadas a la realidad que estudia y da cuenta de ellas, articulándolas de manera coherente en el campo del discurso científico. Para ello, trabajará en la formulación de argumentos que conjuguen aquellos discursos que surgen de la experiencia de los participantes, en la cual él también está inmerso.
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Nicole Oré Kovacs …
La inmersión en la experiencia, así como el dar razón de ella, es una de las actividades esenciales del quehacer del investigador cualitativo. Podríamos referirnos a la investigación como una experiencia en sí misma, que se articula en el escenario del trabajo científico. En virtud de ello, incluso es posible vincularla a la actividad filosófica, tal como la describe Gamio (2020) desde un punto de vista fenomenológico, al indicar que “es una experiencia que se propone esclarecer nuestra experiencia (del mundo)” (párr. 4). El investigador cualitativo, así como el filósofo, se propone comprender y describir las narrativas que determinan esta experiencia en la que los agentes se reconocen
situados y profundamente implicados. El investigador y el filósofo reconocen la existencia del mundo como algo que los circunda, que no puede disociarse de
la conciencia y, por lo tanto, no admite explicaciones abstractas con pretensiones de apodicticidad.
Finalmente, esto nos conduce a considerar la vigilancia epistemológica como condición de posibilidad para la investigación cualitativa. Su puesta en práctica permite reconocer —para luego explicar— las contradicciones, incoherencias o lagunas de las teorías fundacionalistas canónicas. Se trata, desde luego, de un mecanismo que revalora las descripciones del mundo en términos antropocéntricos y dentro de cuyo núcleo está la experiencia del
investigador y su capacidad para dar razón de ella. Por lo tanto, recupera el valor de la racionalidad práctica, de manera que el vínculo entre epistemología y
ética se hace manifiesto en la ganancia epistémica que supone la construcción
de una teoría que explicita la transición de narrativas y de posiciones éticas. E n resumen, la vigilancia epistemológica permite la adquisición de sentidos orientadores para la propia vida.
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Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional .
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Revista SOMEPSO Vol.5, núm.2, julio-diciembre (2020) ISSN 2448- 7317
CONTAMINACIÓN EN Y A TRAVÉS DE MEMES DE INTERNET
* * *
CONTAMINATION IN AND THROUGH INTERNET MEMES
Adriana Moreno Carrasco 1
Sección: Artículos Recibido: 04/09/2020 Aceptado: 06/11/2020 Publicado: 04/12/2020
Resumen
En este trabajo, propongo explorar el concepto de contaminación desarrollado por Mary Douglas desde la antropología simbólica, entendido como la respuesta -
usualmente negativa- hacia ambigüedades y anomalías culturalmente establecidas. A lo largo del texto cito casos concretos en que los memes de Internet fungen como objetos que reproducen la contaminación y como objetos que poseen en sí mismos atributos contaminantes. Parto de una breve introducción para exponer el concepto, seguido de ejemplos de memes que surgen en el contexto religioso mexicano, útiles para identificar la contaminación en ese ámbito. Posteriormente describo los elementos contaminantes de los que se constituyen los memes; continúo con el señalamiento de iniciativas legales que se han propuesto en México para neutralizar la contaminación producida a través de estos contenidos. Por último, comparto algunas reflexiones en torno a la efectividad de iniciativas
públicas y privadas en torno a los memes de Internet para incluir a la sociedad en la discusión de temas relacionados con el arte, la cultura y la política.
Palabras Clave: Memes de Internet; Contaminación; Ambigüedad y anomalía; Instituciones; Juventudes.
1 Estudiante del doctorado en Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, Ciudad de México. Correo electrónico:
adriana.uami@gmail.com
Contaminación en y a través de memes de internet
Abstract
In the following paper, I explore the concept of pollution developed by Mary Douglas from the symbolic anthropology perspective, this concept is understood as the -usually negative- response to culturally established ambiguities and anomalies. Through the text I cite specific cases in which Internet memes operate as objects that reproduce pollution and as objects that have pollutant attributes in them. I start with a brief introduction to expose the concept, followed by examples of memes from Mexican religious context that
are useful to clearly identify pollution. Then I describe the pollutant elements that constitute memes; I continue pointing out some legal initiatives that have been proposed in Mexico to neutralize pollution produced through these user generated contents. Finally, I share some thoughts on the effectiveness of public and private initiatives around Internet memes to include society in the discussion of arts, culture and politics.
Key words: Internet memes; Pollution; Ambiguity and anomaly; Institutions; Youth.
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Introducción
En los últimos años me he esforzado por situar a los memes de Internet como un pretexto de estudio (más que como objeto) con el que se abren nuevas posibilidades para acercarnos a las personas y los grupos, sus prácticas, sus intereses e inquietudes cotidianas (es decir, los verdaderos objetos de estudio). Fue así que emprendí una etnografía con la cual pudiera conocer y analizar la forma en que el capital cultural se hace presente y fundamental en la
producción y consumo de memes de Internet. Sin embargo, para este trabajo me centraré en reflexiones que surgieron durante mi trabajo de campo, que incluyó asistir y participar en distintos eventos donde los memes de Internet fueran el centro de la discusión, desde charlas, talleres, hasta festivales de cultura digital.
En esta primera exploración pude conocer distintas perspectivas con las que se han tratado los memes de Internet, así como los objetivos que han sido perseguidos a partir de ellos más allá del divertimento, la risa y el humor. Asistí a talleres como el dePáginaPantalla.Acercamientosteóricosyprácticosal arte deInternet2en el Centro Cultural de España y al taller EscuelaNacionalde Artes Memísticas:ElInstitutoNacionaldeBellosMemesenelMUNAL,en los que se
discutía el papel de los memes de Internet como expresiones artísticas, literarias, y políticas representativas del momento histórico en el que nos encontramos. Junto con esta exploración, me propuse hacer un rastreo de eventos
similares y su alcance, con la intención de tener un panorama completo de la forma en que han sido tratados los memes de Internet, fuera de plataformas sociodigitales. Con este rastreo pude confirmar que en los últimos años, instituciones públicas y recintos museísticos han comenzado a discutir el papel de los memes y otros contenidos generados por las usuarias y los usuarios en la
cultura, el arte y la opinión pública. De ahí que organismos como el Instituto Mexicano de la Juventud y el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica, por mencionar un par de ejemplos, han organizado actividades con la intención de aprovechar el potencial de los memes en la transmisión de ciertas ideas, discursos y valores.
Durante esta inmersión al campo encontré convocatorias de eventos pasados, que eran generalmente iniciativas por parte del gobierno de la Ciudad de México3 con las que se invitaba a las personas jóvenes a participar en
2Consultar: https://centroculturadigital.mx/historias/Pagina-pantalla-Acercamientos-teoricos-y - practicos-al-arte-de-internet-Bk-haIeQ -
3 Por ejemplo, en 2018, la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, organizó el Concurso Meme Artístico CDMX, con el objetivo de que las personas jóvenes crearan memes en los que se exaltaran los “lugares representativos de la Ciudad de México”. Para ello, se les instaba a tomar fotografías en dichos lugares y agregarles
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concursos de “memes artísticos” o “fotomemes” como los denominaron. Con estos eventos buscaban acercar a las personas jóvenes a dichas instituciones, sus actividades y valores, para detonar la reflexión en torno a ciertas temáticas relacionadas con las juventudes; se ofrecieron premios, reconocimientos y otros estímulos. No todos los esfuerzos por atraer a las personas jóvenes fueron exitosos, sin embargo casos notables como el ConcursoNacionalde Memes, GIFyVideos:Likeportusaludorganizado por los Centros de Integración Juvenil y el Instituto Mexicano de la Juventud generaron una amplia participación4 .
Por otra parte, canales de comunicación oficiales como las cuentas de
Twitter del Servicio de Administración Tributaria (SAT) y la Coordinación Nacional de Lectura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBAL) hicieron lo propio compartiendo memes, atrayendo la atención de sus seguidoras y seguidores. Por ejemplo, en la cuenta del SAT apareció un meme con el que se buscaba recordarle a las y los contribuyentes cumplir con sus obligaciones fiscales. Las reacciones fueron variadas, hubo a quienes les parecía gracioso el contenido, hasta quienes aprovecharon la oportunidad para manifestar sus inconformidades con el servicio de este órgano. Sin embargo, lo más interesante fue la muestra de memes producidos por las seguidoras y los seguidores de la cuenta, la mayor parte de estos contenidos respondían a la
inconformidad con el desempeño de la institución; hubo otros que llamaron mi atención porque en ellos se cuestionaba la baja calidad del meme, porque para
ellos no tenía gracia o no estaba bien logrado.
un copyo texto con el que se complementará el meme. La convocatoria puede ser consultada en el siguiente enlace:
http://www.aldf.gob.mx/media/banners/35f3cdd24c32386f09289b9c5abb8e4f.pdf
4 De acuerdo con el blog de los Centros de Integración Juvenil, esta convocatoria recibió 3000 propuestas provenientes de todo el país. La nota puede ser consultada en este enlace: https://www.gob.mx/salud%7Ccij/articulos/se-premio-a-los-ganadores-del-concurso-nacional - de-memes-gif-y-videos-like-por-tu-salud- 132545
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Imagen 1. Meme publicado por la cuenta oficial del SAT en Twitter, con el que se invita a las y los
seguidores a cumplir con sus obligaciones fiscales. Tomado de:
<https://twitter.com/SATMX/status/1043290416173334528?s=20> [29 de noviembre de 2020].
Imagen 2. Meme producido por @redrockernyc, como respuesta al que publicó el SAT. Tomado de: <https://twitter.com/redrockernyc/status/1043485918173319169/photo/1> [29 de noviembre de 2020].

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Contaminación en y a través de memes de int ernet
Un ejemplo similar es el de la cuenta de Twitter de Literatura INBA, donde se compartió un meme en el que se aprecia a Maluma, intérprete colombiano de reguetón, leyendo al novelista francés Albert Camus. Quizás el meme no fue
gracioso en sí, pero logró producir cierta simpatía y llamar la atención de distintas personas y otros medios. Lo interesante aquí fue que no todas las seguidoras ni todos los seguidores lo recibieron con agrado y se desató un escándalo porque, parecía una infamia tratar de promover la lectura (y motivar a los estudiantes de grado a terminar sus tesis), a través de una imagen
impensable: un reguetonero leyendo. Gracias a la indignación de los supuestos puristas de la literatura y su despliegue de clasismo, el meme generó tráfico en la cuenta y una amplia participación, incluyendo la de otras cuentas oficiales como la del medio Animal Político que contribuyó con su propia versión.

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Imagen 3. En este meme se aprecia al intérprete Maluma leyendo. La persona encargada de llevar la cuenta, aclaró que no se trataba de una campaña de promoción de la lectura, pero que había disparado las búsquedas de la obra de Camus. Tomado de:
<https://twitter.com/literaturainba/status/884456462835175424?s=20> [29 de noviembre de 2020].
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Estos dos ejemplos me produjeron inquietud, ¿por qué habían causado tantos disgustos y reacciones negativas?, ¿por qué las seguidoras y los seguidores se resistieron a los intentos de estas instituciones por comunicarse a través de memes de Internet?
La incursión de los memes de Internet en canales y cuentas oficiales como estas muestra la urgencia de las instituciones por atraer a las y los ciudadanos, mediante contenidos o convocatorias de este tipo que no suelen ser exitosas. Sin embargo, más allá del tráfico que consiguen estos memes, he podido comprobar que las instituciones y las personas que las representan notan el
valor de los contenidos en la medida en que son eficaces para la propagación de ideas y discursos determinados, así como me lo confirmó una interlocutora
que conocí durante mi trabajo de campo. Ella comentó que estaba en contacto con un grupo de personas jóvenes que habían sido contratadas por parte del representante de un partido político para producir memes que le ayudaran a obtener mayor visibilidad durante el periodo electoral de 2015 en el que se disputaron las jefaturas delegacionales y los puestos de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
Seguramente habrá más casos similares a los que acabo de señalar, que despiertan más inquietudes respecto al papel de las instituciones y los inciertos objetivos que persiguen, porque lo que quieren no es necesariamente comunicarse, expresarse o divertirse, como lo hacen las personas jóvenes,
quienes generalmente los producen, más bien pareciera que buscan mantener
su dominio, pero ahora a través de estos contenidos para avasallar el pensamiento individual (Douglas, 1996). Esta es la vía más corta para llegar a una posible explicación, una muy simple, quizás. Sin embargo, en este trabajo quiero proponer otra ruta, porque pienso que más allá de eso, el disgusto radica en que no parecen dignosde producir memes, porque con sus dudosas intenciones los ensucian, a diferencia de aquellos que surgen genuinamente desde los rincones de Internet, como producto del ingenio de las usuarias y los usuarios que solo quieren divertirse.
Así que, en los siguientes apartados, desarrollo la idea de que los memes de Internet fungen como objetos que reproducen la contaminación y como objetos
que poseen en sí mismos atributos contaminantes. Para comenzar esta ruta, propongo una primera parada en el concepto de contaminación, desarrollado magistralmente por Mary Douglas desde la antropología simbólica y el estudio de fenómenos religiosos, por lo que me serviré de memes que surgen en contextos religiosos mexicanos para ilustrar la relación de este concepto con casos específicos, para pasar a exponer otras dimensiones en las que se
manifiesta la contaminación en y a través de los memes de Internet. Con este texto también me propongo traer al presente el trabajo de Mary Douglas que ha pasado desapercibido durante las últimas décadas y que no ha sido aplicado en el abordaje teórico de la cultura digital, pero que resulta útil para discutir y explicar fenómenos como los que abordo aquí.
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Contaminación: la materia fuera de su lugar
La contaminación ha sido definida por la antropología simbólica como cualquier cosa o “materia puesta fuera de sitio” (Barfield, 2001, p. 221), esta acepción es verdaderamente amplia, sin embargo, Mary Douglas, eminente antropóloga inglesa, desarrolló una profunda investigación sobre el tabú y la contaminación a partir de un análisis pormenorizado del Levítico. En dicho trabajo presta atención a la forma en que las culturas organizan su mundo, estableciendo
sistemas clasificatorios particulares con los que se designa lo puro y lo impuro, el orden y el desorden, entre otras dicotomías que al poner a prueba los límites entre la inmundicia y lo sagrado (Douglas, 1968) producen nociones de contaminación a las que corresponde una respuesta: creencias, comportamientos, sanciones o la reestructuración de clasificaciones.
La contaminación entendida desde la antropología no implica una serie de agentes patógenos o la suciedad en sí misma, sino la desestabilización de un orden culturalmente establecido, Douglas señala que la contaminación, en un sentido estricto es el “producto secundario de una sistemática ordenación y clasificación de la materia, en la medida que el orden implica el rechazo de
elementos inapropiados” (1973, p. 54).
La autora sostiene que estas reglas de pureza y contaminación sirven como una guía moral y de comportamiento que mantienen un orden ideal de la sociedad en la que operan. De acuerdo con Douglas, estas categorías surgen
dentro del orden simbólico de la cultura, pero se extienden a distintas dimensiones de la vida social por lo que ciertos valores morales y reglas sociales surgen como respuesta al desagrado que produce el desorden, la suciedad y lo impuro. Desde su perspectiva
Evitamos la suciedad, no por un temor pusilánime y menos aún por espanto o terror religioso. Tampoco nuestras ideas sobre la enfermedad dan cuenta del alcance de nuestro comportamiento al limpiar o evitar la suciedad. La suciedad ofende el orden. Su eliminación no es un movimiento negativo, sino un esfuerzo positivo por organizar el entorno. (Douglas, 1973, p.14).
Esta tendencia a organizar el mundo y evitar la contaminación, encubre otro objetivo: el de controlar el comportamiento de unos con respecto a otros. Así, Douglas (1973), encuentra que en ciertas culturas hay enfermedades, padecimientos o catástrofes meteorológicas que se desatan cuando las personas faltan a las reglas de pureza, como una suerte de sanción natural que se gana cuando se es adúltero o políticamente desleal, por mencionar ejemplos. De esta manera se determina un orden con el que se someten unos a otros, obligándoles a seguir un comportamiento cívico óptimo y reprendiendo a quienes lo transgreden.
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Las creencias de contaminación portan una carga simbólica importante que se articula a cada cultura y que se expresa en la visión general del orden que establece, de tal forma que podría “parecer imposible que semejante persona pudiese liberar su pensamiento de los rutinarios hábitos protectores de su cultura” (Douglas, 1973, p. 19), es decir, este orden opera como un marco o esquema que determina la forma de pensar, actuar y sentir ante los otros y ante cualquier situación social. Como todo esquema, una vez aprendido es difícil modificarlo ya que funciona como una suerte de atajo que automatiza el procesamiento de la información, dictando respuestas aceptables por la cultura
que lo establece.
Por lo tanto, estos sistemas clasificatorios regulan el comportamiento de
quienes forman parte de determinada cultura ya que les asigna un lugar dentro de categorías sociales restringidas que solo pueden ser libradas a través de rituales de separación o demarcación (Douglas, 1968); de lo contrario, si los límites se transgreden abruptamente, se da la contaminación. De acuerdo con la autora, la rigidez de estas clasificaciones determinará el grado de control y la intensidad de la contaminación percibida: “[l]as reglas de contaminación pueden verse como una extensión del proceso perceptivo: en tanto que imponen orden a la experiencia, afianzan la clarificación de formas y, por lo
tanto, reducen la disonancia” (Douglas, 1968, p. 339) que puede despertar la contaminación.
Así, podemos entender la contaminación como una suerte de intolerancia cultural a la ambigüedad o la anomalía que se expresa a través de la discriminación, la evitación o la presión a la conformidad social que favorece el mantenimiento del orden culturalmente establecido (Douglas, 1968).
Si bien, la obra de Douglas aquí expuesta se centraba en desentrañar los sistemas clasificatorios vertidos en textos bíblicos y rituales religiosos, sus aportes son invaluables para explicar aspectos de la interacción y la dimensión simbólica de la vida social contemporánea, plagada de intercambios culturales provenientes de distintas partes del planeta, como hemos podido experimentar en mayor medida con la globalización (Rosas Mantecón, 1993) y el auge de las tecnologías de saturación del yo (Gergen, 2006), particularmente con el uso de Internet. Los memes como buenos agentes de contaminación han demostrado ser una mezcla incómoda de categorías donde se funden cánones culturales, sociales y morales que, en el marco de nuestros sistemas clasificatorios, no deberían combinarse. Los memes de Internet son ese punto en el que la ambigüedad puede producir experiencias desagradables, pero también estimulantes, donde se articulan el humor, el asco y el asombro en diferentes grados, así como sucedió con el caso del Pasitoperrón(que detallaré más adelante), donde lo sagrado y lo profano lograron convivir armoniosamente
para arrebatar carcajadas, likes y como era de esperarse, algunas culpas y reproches.
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Ya en la obra de Mary Douglas (1973) quedaban registrados castigos ejemplares como el de Santa Catalina de Siena, que decidió reprenderse a sí misma cuando descubrió que experimentaba asco al ver y tratar las heridas de los pacientes que atendía. Para sobrellevar la desazón que representaba para ella la incompatibilidad de su desempeño prosocial con la higiene, Santa Catalina bebió un cuenco lleno de pus, con la intención de apaciguar el reproche que ella misma se infligía.
El ejemplo, quizás exagerado, es útil para seducir a las personas lectoras, pero también para establecer un puente con ejemplos contemporáneos de contaminación y sus reproches correspondientes: a principios de 2017, los y las mexicanas nos divertíamos con el video de Rolando Ávila que, en vísperas de la celebración de la Candelaria, puso a la figura del niño dios a bailar El pasito perrón, canción del grupo musical Dinastía Mendoza. Tras la propagación viral del meme, diferentes grupos al interior del país comenzaron a organizarse para replicar la coreografía en distintos parques, plazas y colegios bajo el título de Pasitoperrónchallenge5 .

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Imagen 4. Captura tomada del video Pasitoperrón, en el que el usuario hacebailar a la figura del niño dios. Tomada de: <https://youtu.be/DU6vgewk09k > [29 de noviembre de 2020].
Más tarde, el padre José de Jesús Aguilar Valdés, director del Sistema de Información de la Arquidiócesis de México, pidió a la sociedad mexicana que no hiciera bailar al niño dios y que le dieran el respeto debido a la figura sagrada. El presbítero negó los rumores de que se encarcelaría a quienes difundieran el video, pero aclaró que era de suma importancia dar el debido respeto al niño dios y no transgredir la sensible fe de las personas creyentes. El padre hizo énfasis en que la figura sagrada fuera tratada como tal y no como un juguete o
muñeco común y corriente. José de Jesús Aguilar aprovechó el espacio dado por la página de Facebook de Radio Fórmula Torreón para dar su opinión y
5Este reto consistía en grabarse replicando la coreografía, bailando de un lado a otro, mientras algún participante era cargado, simulando la postura del niño dios que aparecía en el video original. Al hacer la búsqueda en YouTube aparecen más de 25000 resultados, lo que nos da pista sobre la gran propagación que tuvo este meme y su respectivo reto.
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aclarar la postura de la arquidiócesis mexicana con respecto al meme. En su intervención6 menciona:
De hecho la palabra sacro, significa lo que es separado, lo que se trata de una forma distinta a lo ordinario. Y si una imagen del niño Jesús que está hecha para ser venerada, que tiene una finalidad religiosa, es ocupada en forma de muñeco, entonces está perdiendo su sentido. (Aguilar, 2017).
Probablemente, Mary Douglas y el padre José de Jesús llegaron por distintas vías a los aportes del teólogo inglés Ronald Knox, quien también fue un
destacado traductor del antiguo testamento. Douglas lo remite en su trabajo y
señala que la palabra sacer, del latín, podía referirse tanto la profanación, como a la consagración, asimismo, el teólogo había proporcionado una versión más interesante del antiguo testamento en el que dicha expresión podía ser traducida como algo “puesto aparte” (Douglas, 1973, p. 23). Por su parte, Schechner confirma que la pureza o el orden establecido culturalmente, cuando es transgredido produce una falla, la contaminación: “[a]quí el horror de la impureza o mezcla es desafiado, subvertido y derrumbado” (2013, p. 263), la contaminación se presenta en este caso, como una respuesta a la ambigüedad
que se produce cuando la materia se encuentra fuera de lugar, es decir, cuando se transgrede la norma en la que “por un lado, está el mundo de las cosas
profanas, y por el otro, el de las cosas sagradas” (Durkheim, 1982, p. 200).
El meme en el que la figura del niño dios baila, es interesante también
porque además ha resurgido, confirmando que en México, lo sagrado y profano son categorías claramente diferenciadas, opuestas, que al mezclarse pueden generar ambigüedad o contaminación. Después de tres años, las y los mexicanos han comenzado a relacionar la catastrófica pandemia de Covid- 19 con la profanación de la figura del niño dios. Recientemente, han aparecido memes y notas como la de El Deforma7 en la que señalan, sí, en tono irónico y burlón, que quienes participaron de la euforia del Pasito perrón habían contribuido al desencadenamiento del presente castigo. Si bien, la nota no persigue más que seguir generando contenidos divertidos o graciosos, nos muestra el reconocimiento de la contaminación y la respuesta punitiva natural como aquella que Douglas encontraba en culturas lejanas.
6 La intervención completa del padre José de Jesús Aguilar Valdés se encuentra en el siguiente enlace: https://www.facebook.com/formulatorreon/videos/1028947400543444
7 El medio noticioso satírico El Deforma, publicó la nota “12 mexicanas razones por las que Diosito nos castigó con el Coronavirus”, en el que además de señalar el caso del Pasito perrón, también se mencionan otros eventos de profanación como la burla producida por una figura gigantesca del niño dios construida para una iglesia zacatecana. La nota completa se encuentra en el siguiente enlace: https://eldeforma.com/2020/03/25/coronavirus-memes-dios-castiga-a-los - mexicanos/
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Imagen 5. En este meme aparece la figura del niñodiosgigante, que a finales de 2019 causó una gran impresión por su tamaño (6 metros de altura) y expresiones toscas. Esta imagen está instalada en la Parroquia de la Epifanía del Señor en Zóquite, Zacatecas. Tomado de: <https://eldeforma.com/2020/03/25/coronavirus-memes-dios-castiga-a-los-mexicanos/> [29 de noviembre de 2020].
Frente a este par de ejemplos, me gustaría señalar uno más para continuar explorando la intolerancia a la ambigüedad o contaminación. Debido al periodo
de confinamiento por la pandemia de Covid-19, las iglesias han tenido que cerrar sus puertas para evitar contagios entre sus devotos, sin embargo, esto no ha suspendido sus actividades por lo que han recurrido a plataformas sociodigitales como Facebook para transmitir en vivo sus celebraciones eucarísticas. Tal es el caso de la Parroquia Nuestra Señora Aparecida del Brasil, ubicada en la alcaldía Venustiano Carranza, en la Ciudad de México. Aunado a las transmisiones en vivo, han compartido distintos contenidos en su página de Facebook, entre ellos la fotografía del niño dios con cubrebocas y una careta protectora a la medida, muy común en estos días y que ha servido como una
barrera adicional para evitar que los cuerpos humanos enfermen al tocarse los ojos o la boca con las manos sucias.
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Imagen 6. Fotografía publicada en la página de Facebook de la Parroquia Nuestra Señora Aparecida del Brasil. En ella se aprecia la figura del niño dios con cubrebocas y careta para protegerle del
coronavirus. Tomada <https://bit.ly/3evwrnz> [29 de noviembre de 2020].
de:
En este contexto, la imagen del niño dios no aparece profanada para todas las seguidoras y los seguidores, la mayoría responde con una oración, likesy otras reaccionespositivas. Aunque no hay reacciones de medivierteni comentarios sarcásticos, hay otras personas que mostraron su desaprobación con reacciones de meenoja. Si bien, este contenido no tenía intención de ser un meme y tampoco ha llegado a propagarse como tal, sigue mostrando que en distintos escenarios las muestras de contaminación son desdeñables, en este caso a partir de la humanización de las figuras sagradas, porque lo humano aparece como lo impuro en contraposición con lo divino que no baila, que no enferma. Sin embargo, fuera del contexto religioso, lo humano también aparece
como contaminación en la producción misma de contenidos. Es por esto que, para continuar con la reflexión, en el siguiente apartado me centraré en otra
forma en que distingo la contaminación en los memes de Internet y a partir de ellos en donde lo humano se contrapone, ya no a la perfección de lo divino, sino a la perfección de las máquinas.
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Contaminación en y a través de memes de internet
Contaminación: humanos vs. máquinas
El mantenimiento o desafío del orden aparece en distintas dimensiones de los memes de Internet, en los ejemplos anteriores encuentro la ambigüedad en un nivel simbólico y de contenido; en este apartado me centraré en los aspectos técnicos y estéticos que también juegan un rol importante en su producción y consumo, así como en los atributos que los constituyen como objetos que reproducen la contaminación.
Los rasgos estéticos característicos de los memes de Internet tradicionales han sido identificados por Nick Douglas (2014) como una corriente estética particular que denomina InternetUgly. Esta corriente se caracteriza por mostrar un grado de humanidadque se expresa a través de trazos torpes, faltas de ortografía y otros errores que denoten un pobre trabajo técnico. De acuerdo con Douglas, los memes de Internet “celebran lo amateur” (2014, p. 324), garantizando el acceso a cualquier persona interesada en crear contenidos, independientemente de que posea habilidades o conocimientos avanzados en edición de imágenes. El autor encontró casos en los que personas profesionales en producción visual decidían emplear errores técnicos como recursos valiosos en la creación de contenidos, así que empleaban editores gráficos especializados para producir contenidos deliberadamente feos .

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Imagen 7. En este contenido se aprecia una mezcla de letras, dibujos y trazos imprecisos hechos a mano alzada en Paint. Esta imagen ejemplifica la estética InternetUgly, como la denomina Nick Douglas. Tomada de: <https://dibujosmama.tumblr.com/image/133516850345> [29 de noviembre de 2020].
Para Douglas (2014) los contenidos que ponderan estos errores, de forma premeditada (y también aquellos sin la intención de hacerlo) forman parte de la estética propia del InternetUglyen la que es habitual crear contenidos con trazos a mano alzada, utilizando el mouse sin procurar precisión alguna, el uso de imágenes escaneadas, borrosas o pixeladas, incurrir en faltas de ortografía o de sintaxis, la economía del lenguaje, entre otras aparentes atrocidades con las que se busca deliberadamente producir una ambigüedad.
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Douglas afirma que este “grado de humanidad” (2014, p. 315) que se le da a los contenidos a través de los errores fungen como una forma de resistencia y oposición a los criterios estéticos actuales en los que se priorizan las composiciones pulcras, minimalistas, los trazos precisos, el orden, la simetría entre otros atributos que se asocian a la limpieza o lo puro; basta señalar como ejemplo la predominante estética minimalista implementada por Apple tanto en sus interfaces como en el exterior de sus equipos de cómputo, generalmente, carcasas blancas o grises. Lo humano aparece aquí también, como algo que ensucia con su imperfección, a diferencia de las máquinas, que no se equivocan.
Los memes de Internet más comunes aparecen aquí como una suerte de resistencia ante un régimen estético en el que lo humano es borrado, omitido.
Por ejemplo, no es casualidad el predominante uso de correctores ortográficos y editores de imágenes cada vez más potentes para lograr aquello que los humanos no pueden, es decir para borrar sus limitaciones y así evitar el
desagrado que producen estos errores a otros humanos.
Por otro lado, encuentro casos en los que se busca emular de forma controlada el error, aprovechando la perfección de las máquinas pare recrear las fallas humanas. Por ejemplo, tipografías como la controvertida Comic Sans, también empleada profusamente en memes de Internet, posee una
composición llena de curvas y trazos moderadamente desaliñados. Esta fue creada por Vincent Connare en 1994, a pedido de Microsoft, con la intención de
usarse en softwares y contenidos dirigidos al público infantil, por lo que
buscaba que la fuente tuviera rasgos de informalidad como si se tratara de letras hechas a mano alzada, clásicas de las historietas para niños.
Las y los diseñadores tipográficos suelen retorcerse al ver el uso cotidiano de Comic Sans, que a sus ojos es desagradable, sobre todo cuando es empleada en contextos erróneos como documentos formales, señalización o placas
conmemorativas, es decir, cuando aparecen fueradelugar. Para contrarrestar la
inquietante experiencia de contaminación estética, se han creado campañas para evitar el uso de esta tipografía en espacios distintos al establecido. Un ejemplo notable es el sitio Comic Sans Criminal8 que tiene como objetivo enseñar a las personas a usar apropiadamente Comic Sans para -en sus propias palabras- dejar de ser un criminal. En esta página se encuentran guías para la correcta aplicación de la tipografía, se sugieren bancos tipográficos y opciones que pueden emplearse en documentos formales e informales u otros contextos9 .
Ejemplos como estos dan cuenta de la experiencia de la contaminación en distintas situaciones, por un lado, como un error humano que debe ser omitido
8 Consultar: http://comicsanscriminal.com/
9 Por ejemplo, Comic Sans ha sido indicada por la Asociación Británica de la Dislexia para facilitar la lectura a personas que padecen este trastorno. Consultar: https://bdatech.org/what - technology/typefaces-for- dyslexia/
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mediante máquinas y softwares de edición o como un error que se puede emular a través de los mismos medios, pero de forma controlada; y por último como una forma de resistencia ante la perfección que se ha impuesto culturalmente.

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Imagen 8. En este meme se aprecian tres fuentes tipográficas en uso, acompañadas de imágenes con las que se pretende mostrar el grado de formalidad o informalidad atribuida a cada fuente. Tomado de: <https://bit.ly/3bc1PWb> [29 de noviembre de 2020].
Esta estética que Douglas definió como InternetUgly, permite descubrir una suerte de posicionamiento político. Al respecto, Bollmer (2018) señala que esta forma de producir contenidos y su estética descuidada o amateur
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desafían o exponen los límites formales asumidos en los medios digitales, esbozando un espacio estético que permite ver y decir algo, algo que ha sido juzgado como “feo” o “inculto” en un contexto más comúnmente definido por lo cool. Pero al mismo tiempo, hay un uso “correcto” del estilo, al menos si uno quiere ser parte de un grupo específico. (Bollmer, 2018, p. 172)
Con lo que regresó al desencanto con los memes producidos por el SAT y el IMBAL. Desde la perspectiva de las seguidoras y los seguidores, dichas instituciones no parecen hacer un uso correctode los memes, están fuera de lugary por lo tanto contaminan. Pareciera entonces que a partir de los memes se regula esta entrada -o no- a ciertos grupos. Esto también lo pude confirmar durante mi trabajo de campo, cuando asistí al taller de EscuelaNacional de ArtesMemísticas:ElInstitutoNacionaldeBellosMemesenelMUNAL, la tallerista principal señaló que los memes de Internet tienen una suerte de adentroy afuera, dimensiones a las que se puede acceder si se entiende o no el sentido de los contenidos, para ella, los memes operan como puntos de referencia para indicar si se pertenece o no a cierto grupo, en la medida en que son interpretados y también cuando resaltan las diferencias entre las y los integrantes de cada grupo.
A partir de estos contenidos se obtiene un reconocimiento que no cualquiera puede ostentar, mucho menos las instituciones de gobierno
mexicanas que no tienen muy buena reputación frente a las y los ciudadanos,
mucho menos frente a las personas jóvenes que son quienes encabezan la producción y consumo de memes de Internet. Sabemos que la mala reputación de las instituciones no ha sido ganada de forma gratuita, y que especialmente las personas jóvenes han sido bastante perjudicadas por su ineficiencia. Aunado a esto, no podemos dejar de lado que son las personas jóvenes quienes han desarrollado un mayor dominio en el uso de Internet y plataformas
sociodigitales, espacios en los que han logrado un cierto grado de autonomía (Castells, 2009) que podría estar en riesgo con la intrusión de estas instituciones. La producción y consumo de memes de Internet va más allá de los objetos digitales en sí. A través de ellos se instauran formas de reconocimiento a las que no cualquiera puede acceder, aunque así tengan derecho. Los memes de Internet brindan un espacio para compartir historias, experiencias y distinciones que en otros espacios pueden ser más limitados, especialmente para personas jóvenes
Internet y el móvil les brindan una plataforma simbólica compensatoria y sustitutiva de la falta de poder real en la vida cotidiana. Frente a las dificultades de inclusión que les plantean la mayoría de las instituciones tradicionales, particularmente las que se relacionan con la formación, el empleo y el acceso al poder, los jóvenes generan estrategias flexibles y móviles de inclusión en los escasos márgenes que les brindan los circuitos formales, pero fundamentalmente
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en los circuitos informales que generan ellos mismos, donde internet constituye un espacio privilegiado. (Winocur, 2009, p. 49)
A través de estos espacios, las personas jóvenes encuentran otras vías para distinguirse y acentuar su afiliación con aquello que los asemeja o para reforzar aquello que les diferencia de otros, estableciendo formas particulares para comunicarse e interactuar, como señala Nateras “[e]sta urgencia de la diferenciación es un mecanismo de legitimación en la constitución identitaria
del ser jóvenes versuslos mundos adultos” (2010, p.18) que se filtra a todas las
esferas de la vida cotidiana de las personas jóvenes. Los memes de Internet y la cultura digital aparecen como los territorios que tienen que ser defendidos de la posible contaminación inducida por otros grupos etarios o agentes que busquen restringirlos como lo elaboro en el siguiente apartado.
Regulación vs contaminación
Douglas señala que en culturas pasadas y presentes es usual organizar el mundo a través de dicotomías, a veces claras y en otras no tanto, sin embargo, lo importante es que de estas se desprenden ideas de pureza e impureza a las
que corresponden ciertas respuestas, de tal manera que
[E]l universo se divide en ciertas cosas y acciones que están sometidas a restricción
y en otras que no lo están; entre las restricciones, unas están destinadas a proteger a la divinidad contra la profanación y otras a proteger lo profano contra la intrusión peligrosa de la divinidad.
Es así que en este apartado me concentro en dos formas de restringir o regular a los memes de Internet que han sido puestas en práctica para proteger un orden dado, no precisamente el de lo sagrado y lo profano, sino el de las
jerarquías y las categorías sociales.
En los últimos años, distintas figuras públicas han buscado la forma d e regular estos contenidos o de proceder legalmente cuando se salen de control, sobre todo cuando afectan la imagen o el honor de funcionarias y funcionarios públicos. Por ejemplo, en el año 2015, la diputada local Selma Guadalupe Gómez Cabrera, del Partido Verde de Sonora propuso al congreso de su estado la “Ley de responsabilidad civil para la protección de la vida privada, el honor y la propia imagen”. Con esta iniciativa se buscaba sancionar legalmente la producción y distribución de memes que abordaran temas políticos o en los
que se pusiera en riesgo la imagen de figuras públicas. Finalmente, la iniciativa no tuvo éxito.
También en 2015 apareció otro intento por regular la distribución de memes de Internet. En este caso fue la diputada Martha Orta Rodríguez del Partido Revolucionario Institucional de San Luis Potosí. La diputada proponía la adición al artículo 187 bis para que pudieran prohibir la difusión de imágenes,
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videos y pistas de audio que denigraran o humillaran a las personas que aparecieran en dichos contenidos. Esta propuesta, igual que en el caso anterior, era demasiado confusa e imprecisa. Unos días después de presentar la iniciati va (y de recibir muestras de desaprobación), la diputada trató de hacer una precisión, por lo que señaló que no se refería a memes, sino al intercambio de contenidos para poner en práctica el sextingo alguna forma de violencia a través de Internet. Esta propuesta no tuvo mayor incidencia, sin embargo atrajo la atención de personas que comenzaron a producir memes sobre ella y su iniciativa.
Otro caso similar fue el del gobernador de Chihuahua José Reyes Baeza. En
2006, el mandatario proponía una ley para sancionar el uso y la distribución de imágenes, textos y voces de otros para obtener un beneficio a cambio. De nuevo, la propuesta era confusa e imprecisa (no quedaba claro si se refería a memes o no), pero fue aprobada y se integró al código penal de su estado. Sin embargo años más tarde, en 2017 esta ley fue eliminada por el coordinador de diputados del Partido Acción Nacional, Miguel La Torre.
A través de estas iniciativas se buscaba proteger el honor de ciudadanas y ciudadanos regulares, pero particularmente de los servidores públicos que se encuentran más expuestos a los inconvenientes que supone ser atacado por la
opinión pública. Como ya lo hacen las caricaturas políticas, los memes de Internet, también ponen a prueba los discursos oficiales y la imagen de las
figuras públicas, señalando por ejemplo la limitada pericia con la que
desempeñan sus cargos o cualquier aspecto de su físico o de su vida privada que pueda considerarse un defecto, para cuestionar su lugar en la estructura política, poner en duda su posición y su valor en la sociedad, es decir su honor que como señala Pitt- Rivers:
es el valor de una persona para sí misma, pero también para la sociedad. Es su opinión sobre su propio valor, su reclamación de orgullo, pero también es la aceptación de esa reclamación, su excelencia reconocida por la sociedad, su derechoal orgullo. (Pitt-Rivers, 1977, p. 18)
A través de los memes de Internet se cuestiona precisamente el honor de las figuras públicas, su poder y su derecho al orgullo, esto no es poco, cuestionar su valor representa un cambio significativo en la forma de ser percibidos y tratados, porque el honor “entraña no solo una preferencia habitual por un modo de conducta determinado, sino también el derecho a determinado trato a
cambio” (Pitt-Rivers, 1977, p. 18) y con el poder del anonimato desde el que se
producen los contenidos, pueden omitir cualquier muestra de respeto o siquiera empatía que puede afectar a cualquiera y particularmente a figuras públicas. Cuando las diputadas Selma Gómez y Martha Orta hicieron sus propuestas,
no faltó el despliegue de memes en contra suya, la mayoría decía cosas como “propone ley antimemes, la convierten en uno” o “quiere prohibir los memes, se convierte en meme”. Con esto se cuestiona la distancia que hay entre las y los
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ciudadanos comunes frente a quienes ostentan un cargo público. Pasar abruptamente de ser una autoridad respetable a protagonista de un meme pone de manifiesto una transición que contamina la imagen de las involucradas, dejándoles desprovistas de la investidura de poder para reubicarlas en el mismo peldaño que cualquier otra persona en la jerarquía social. Este cambio de posición refleja un desorden, una asimetría de poder y honor que pasa de una figura a otra, situándolas en categorías sociales distintas por un breve instante y que no suele ser agradable para quienes quedan en una posición menos favorecida.
Otro caso interesante relacionado con la regulación de contenidos se dio en junio de 2020 cuando el senador Ricardo Monreal impulsó reformas a la Ley
Federal del Derecho de Autor y al Código Penal Federal con la intención de modificar los términos de la propiedad intelectual del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá. Con esta precipitada reforma10 se promovió (además de penas de cárcel por alterar o reparar dispositivos como celulares o computadoras personales) un mecanismo de censura digital con el que proveedores de servicios de Internet pueden remover contenidos sin notificar o comprobar que violan derechos de autor de quien así lo demande. Con esta reforma lo que podría pasar es que cualquier meme, remix o mashup de
contenidos sea retirado si alguien reporta que afecta sus derechos de autor. Los memes de Internet y gran parte de los contenidos generados por las usuarias
suelen contener fragmentos de obras provenientes de industrias culturales
consolidadas como el cine, la televisión y la música, por lo que se limitaría la participación de un sinnúmero de personas creadoras de contenido.
Es así que ante el problema de la contaminación se busca intervenir a través de su organización bajo el marco de la regulación legal, restringiendo su producción y circulación, pero también limitando el acceso de un gran número de personas que suelen participar en dicho proceso. En las iniciativas de las
diputadas se buscaba restringir su uso cuando afectará la imagen pública, pero en esta reforma lo que se busca es restringir su creación limitando el acceso a las fuentes de materia prima. Buscar el orden de estos contenidos nos habla de una suerte de desviación que tiene que ser controlada, ya que como menciona Douglas “[e]l reconocimiento inicial de la anomalía induce a la angustia y de allí a la supresión o a la evasión” (1973, p. 18) y la forma de contrarrestarla parece ser la organización enérgica de estos contenidos a través de las leyes.
Reflexiones finales. Ante la ambigüedad y la anomalía
10 Distintas organizaciones han emprendido acciones para evitar que esta reforma se consolide y junto con la participación de la ciudadanía se ha conseguido que la Comisión de Derechos Humanos intervenga para analizar y determinar su inconstitucionalidad:
https://participa.nicensuranican dados.org/
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En los ejemplos anteriores, se muestra la reacción de la sociedad mexicana frente a la contaminación y la transgresión del sistema clasificatorio establecido, en el que categorías como sagrado y profano no deben ser mezcladas. Sin embargo, de la contaminación aparecen muestras de aprobación o desagrado confirmando que
Existen diversos modos de tratar anomalías. Negativamente, podemos hacer caso omiso de ellas, no percibirlas sin más, o bien condenarlas cuando las percibimos. Positivamente, podemos afrontar con resolución la anomalía y tratar de crear una nueva configuración de la realidad en la que tenga cabida. (Douglas, 1973, p. 58)
Como en el caso del niño dios con careta que despertó la inquietud de uno que
otro de sus fieles, hay quienes no perciben las anomalías que desafían los sistemas clasificatorios de su cultura. Es posible encontrar memes de Internet con los que se mezclan o transgreden categorías, produciendo ambigüedades interesantes que no necesariamente devienen en desagrado. La contaminación entendida como una forma de ambigüedad y anomalía (Douglas, 1973) desata otro tipo de experiencias con las que es posible llegar a reflexiones estimulantes.
Para la autora, la anomalía es aquello que se desajusta de la norma o que sobresale dentro de una serie de elementos, por otra parte, concibe la
ambigüedad, como aquello que puede tener dos interpretaciones, sin embargo, afirma que hay casos en los que las categorías analizadas son tan difíciles de aprehender que distinguir ambos términos no representa ventaja alguna. Como
ejemplo práctico, señala a las sustancias que son pegajosas como el jarabe de azúcar, que no se ajusta a la categoría de sólidos, pero tampoco a la de líquidos, es decir, se trata de una anomalía que simultáneamente produce una sensación ambigua pero que enriquece la experiencia sensorial de quienes lo prueban por primera vez.
Estas experiencias nuevas, fruto de la ambigüedad como lopegajoso, se reproducen en la creación y el consumo de ciertos memes que contribuyen a la discusión de diversos temas de formas heterodoxas, en algunos casos reforzando las barreras de los sistemas clasificatorios y en otros, desafiándolos, poniendo a prueba su rigidez como si se tratara de una sustancia viscosa que produce ambigüedades pero que enriquece las reflexiones en torno a dichos temas. Por ejemplo, páginas de Facebook como Obrasdeartecomentadas11 , InstitutoNacionaldeBellosMemes12, BrokenEnglish13 o Acontecimientos
11 Consultar: https://www.facebook.com/obrasdeartecomentadas
12 Consultar: https://www.facebook.com/INBMoficial
13 Consultar: https://www.facebook.com/b rokenenglishsi
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históricosnarradosconperritos14, han sabido emplear la anomalía para tratar el arte, la literatura y la historia a través de memes de Internet. Si bien, el tratamiento de los temas no es profundo, abren la posibilidad de que las seguidoras y los seguidores, seducidas y seducidos por la viscosidadde los contenidos, se interesen en las obras, los artistas y los hechos históricos señalados, detonando su curiosidad y estimulándoles para continuar enriqueciendo su conocimiento al respecto.
Durante el taller EscuelaNacionaldeArtesMemísticas:ElInstituto Nacional deBellosMemesenelMUNAL, se discutió la importancia de estos contenidos como una suerte de anzuelo para llamar la atención de las seguidoras y los seguidores e invitarles a investigar sobre el arte, la cultura y la literatura por sí mismas. En este taller participaron personas con distintos cargos e intereses, por ejemplo, algunas asistentes formaban parte de museos como el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), otros eran community managers15 de medios como BuzzFeedNewsMéxico, personas editoras y administradoras de páginas memes en Facebook como Antropocholo16, entre otras con distintos niveles de popularidad. En este evento, Itzel Ortega (ahora exintegrante del Instituto Nacional de Bellos Memes), la tallerista principal, hizo énfasis en la importancia de producir memes con buena calidad técnica para atraer la atención de la audiencia y acercarles a la experiencia de percibir una obra de arte como si se estuviera dentro de un museo. Con este objetivo se
busca difuminar los límites entre la cultura reconocida oficialmente y la que no,
pero también, eliminar las barreras simbólicas que impiden el acceso a obras artísticas y literarias, aunque estén a la mano. En estas propuestas, se aprovecha la ambigüedad y la anomalía para reflexionar otra dimensión de los memes.
Algo similar encontré en el taller PáginaPantalla.Acercamientosteóricos y prácticosalartedeInternet, facilitado por el artista digital Canek Zapata. En este espacio se discutió el papel de las expresiones artísticas digitales, así como la importancia de Internet, el uso del software y la creatividad para producir no solo piezas bellas, sino que permitieran el análisis teórico, la creación literaria y periodística. Durante las sesiones de este taller se abordó la importancia de los memes de Internet, las selfiesy las piezas artísticas digitales contemporáneas así como pasadas, para comprender el momento histórico en el que nos encontramos, así como las expresiones culturales que los han acompañado. En este taller, la experiencia estética también era uno de los objetivos más
14Consultar: https://www.facebook.com/Acontecimientos-hist%C3%B3ricos-narrados-con - perritos- 111890963787808
15Profesional de marketing digital encargado de gestionar la imagen de una marca o empresa en Internet, particularmente plataformas sociodigitales como Facebook.
16Consultar: https://www.facebook.com/Antropocholo
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importantes a perseguir, para estimular la curiosidad de las personas en torno a estos temas.
En el festival MEMEMX, hubo participaciones diversas y multidisciplinares, desde periodistas y escritores como Nayef Yehya y Mario Flores, hasta figuras importantes en la producción y consumo de memes como Brad Kim, editor fundador de KnowYourMeme17,un archivo digital de memes de Internet que se encarga de su documentación. También participó Vampipe18,una figura popular en la creación de memes en México que se ha dedicado a producir contenidos en torno a la vida política del país y sus personajes. Vampipe señaló que es necesario preguntarse por la utilidad de los contenidos que se producen, la audiencia a la que van dirigidos, el humor y la calidad de los memes, por lo que hizo énfasis en que la producción de los contenidos implica esfuerzo técnico, pero también el mantenimiento de cierta sensibilidad por lo que sucede alrededor para integrarlo a los contenidos y detonar la reflexión.
Con mi trabajo de campo, pude dar cuenta del carácter contaminante de los memes, pero también de la contaminación que reproducen. Los memes de Internet, como reproductores de contaminación ofrecen distintas vías para discutir aspectos profundos de la vida cotidiana, la cultura, la política, la religión o cualquier otro tema de interés para las ciencias sociales, ya que abren la
posibilidad de conocer la forma en que cada sociedad clasifica y ordena su mundo a partir de una mezcla de imágenes, textos y otros medios que dan
como resultado piezas que develan los sistemas clasificatorios que la cultura
propia impone, así como los tabúes y anomalías que le desafían, porque como señala Douglas:
Las creencias de contaminación, ciertamente derivan de la actividad racional, del proceso de clasificar y ordenar la experiencia. Sin embargo, no son producidos por procesos estrictamente racionales o siquiera conscientes, sino más bien como un subproducto espontáneo de estos procesos. (1968, p. 341).
De manera que los memes han ampliado la posibilidad de que otras personas compartan su perspectiva del mundo y se involucren en la discusión de temas relacionados con la agenda pública, por ejemplo, y que en otros momentos estaba limitada a grupos cerrados o con un capital cultural distinto. Ahora bien, esto no quiere decir que la democratización de la palabra resuelva conflictos o que todas las voces sean dignas de ser escuchadas, sin embargo, es un paso
17Consultar: https://knowyourmeme.com/
18Uno de los memes más populares de Vampipe es el de Enrique Peña Nieto reproduciendo un videoclip en su teléfono donde muestra los movimientos de un candelabro durante el sismo del 7 de septiembre de 2017, mientras pasa de un video a otro de su carrete, aparece el de una mujer semidesnuda con un sonido de gemidos de fondo. Se puede consultar aquí:
https://t witter.com/vampipe/status/906155504749170688?lang=es
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importante que haya cabida para la opinión y el reconocimiento de otros grupos que sistemáticamente han sido minimizados y dejados al margen, como las personas jóvenes. También es un paso adelante que objetos aparentemente banales como los memes de Internet, puedan ser considerados como vehículos para discutir otras dimensiones de la vida cotidiana, la producción artística y cultural o la vida política del país.
Ahora bien, al inicio de este trabajo mencioné algunas convocatorias con las que se invitaba a las personas jóvenes a participar produciendo memes sobre la ciudad, la prevención a las adicciones y otras temáticas, pues en este punto
quisiera hacer algunas precisiones para desambiguarlas razones por las que considero que fueron exitosas, pero no efectivas.
Los ejemplos exitosos que encontré fueron solo un par y la poca o nula efectividad de estos eventos radicó en el desconocimiento que se tiene respecto a los actores involucrados: las personas jóvenes (sus intereses e inquietudes) y los memes de Internet. Para que iniciativas de este tipo sean provechosas se requiere, principalmente, la genuina intención de conocer a las personas que se convoca y sus circunstancias, porque eventos de ese tipo refuerzan las distancias y las barreras que hay entre las instituciones y las personas a las que deben representar. Esta rígida barrera no hace más que reproducirse a cada
paso que las instituciones dan para paliar las condiciones que marginan y excluyen a grupos sociales desfavorecidos, porque si las necesidades primarias
no están cubiertas, difícilmente se generarán las condiciones que estimulen la curiosidad por actividades y prácticas culturales (Bourdieu 2010).
Si dejamos fuera premios de hasta $700019 (razón por lo que tuvieron una amplia participación), estas actividades no suelen ser divertidas debido, entre otras cosas, a la serie de restricciones que se les imponen. En las bases de participación, se les exige que eviten lenguaje ofensivo, el uso de emojis, palabras altisonantes, palabras o términos que no sean en castellano, también
se les pide que solo hablen de los aspectos positivos de las instituciones, que se limiten a usar contenidos originales…. Los memes de Internet no son nada de eso y los temas que les interesan a las personas jóvenes seguramente, tampoco, mucho menos de la forma en que se les exige tratarlos. Estas dinámicas están pensadas aparentemente para ellas, pero no les consideran realmente. Quizás lo único que falta es que haya más psicólogos y psicólogas sociales en el terreno, para guiar un ejercicio de intervención exitosa, en el que se planteen las verdaderas necesidades e intereses de las personas.
Pero, como la esperanza es lo último que muere, puedo decir que, no todo está perdido. Aunado a estas fallidas iniciativas oficiales, encontram os
19 En 2017, los Centros de Integración Juvenil junto con la Secretaría de Salud y el Instituto Mexicano de la Juventud organizaron el “Concurso nacional de memes, GIF y videos. Like por tu salud” en el que se premiaban con $7000 a la persona ganadora del primer lugar, $5000 y $3000 al segundo y tercer lugar respectivamente. La convocatoria todavía se puede consultar en este enlace http://www.cij.gob.mx/concurso2017/premios.html
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propuestas de museos y otras instituciones dedicadas a la preservación y difusión del arte, dispuestos a negociar los estándares de las obras que incluyen en sus repertorios para dar paso a nuevas expresiones culturales digitales como los que he señalado. Un ejemplo interesante es el Museo Dolores Olmedo20 , que ha llevado a cabo un concurso de memes, con el que se buscaba una reapropiación de las obras de arte que conforman su colección, por lo que las personas interesadas en participar emplearon el catálogo de obras del museo para producir memes. Este concurso fue puesto en marcha por los miembros de
la página de Facebook Instituto Nacional deBellos Memes, quienes se
encargaron de evaluar las creaciones de quienes participaron y premiar a quienes ganaron. Existen otras propuestas notables como talleres para aprender a hacer memes, en México los han ofrecido museos como el MUNAL, el Centro de la Imagen21 y el Museo Arocena de Coahuila22. Con estos eventos no se busca emprender competencia alguna, sino, enseñar el manejo de algunas herramientas para producir contenidos sujetos al criterio y las necesidades comunicativas de quienes participan en dichos eventos. Asimismo, en estos talleres se discuten no solo los memes, también aspectos de la cultura digital, la comunicación, el arte, la política, entre otros que enriquecen la experiencia y el sentido de producir memes.
Probablemente, los memes de Internet no lleguen a ser considerados oficialmente como expresiones artísticas formales, sin embargo, lo importante
aquí es que es imposible negar que están recubiertos de sentidos y símbolos
que afianzan o desafían sistemas clasificatorios, que distinguen a las personas que los producen y propagan. Tampoco se puede negar su valor en términos sociales y culturales con los que se despliega un sinnúmero de posibilidades para abordar temas y objetos de estudio propios de las ciencias sociales, particularmente, la psicología social.
Para concluir me gustaría extender la invitación a las colegas para
contaminar los espacios académicos con temas y métodos que habiliten otras rutas para la producción de conocimiento y el enriquecimiento de nuestras disciplinas, así como a desarrollar herramientas que permitan desentrañar las ambigüedades y las anomalías en nuestros propios objetos de estudio.
20Consultar: https://www.chilango.com/cultura/concurso-de-memes-en-el-museo-dolores - olmedo/
21Consultar:https://centrodelaimagen.cultura.gob.mx/educacion/talleres-y -
seminarios/2018/talleres-retribucion-educativa- b.html
22Consultar: https://www.museoarocena.com/pieza-del-mes-anteriores/2-uncategorised/649 - semana-internacional-de-los- museos
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DEPORTE Y SOCIEDAD. CONTRASTES: CUERPO, PROTESTA Y DIGNIDAD
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SPORTS AND SOCIETY. CONTRASTS: BODY, PROTEST AND DIGNITY
Carlos Labastida Salinas 1
Sección: Disertaciones Recibido: 16/07/2020 Aceptado: 14/08/2020 Publicado: 04/12/2020
“Nosotros estábamos muy conscientes de que el conocimiento acerca del deporte lo era también de la sociedad.”
Norbert Elias y Eric Dunning, 1986
Resumen
Tras caracterizar al deporte profesional como una esfera social llena de contrastes, los
cuales no son más que los contrastes de la sociedad misma, en el presente ensayo pongo de relieve la gran asimetría de poderes y recursos que existe en el mundo deportivo, especialmente entre directivos, patrocinadores, políticos y atletas. Lo anterior se realiza mediante dos recorridos principales. El primero de ellos enfatiza la
manera en la que el cuerpo de las y los atletas se encuentra sometido a las reglas, intereses y juicios de un reducido número de personas que conforman las élites deportivas. El segundo aborda la siempre polémica cuestión de la protesta política en el deporte y las diversas posturas que giran en torno a esta, dejando al descubierto las incongruencias existentes y la gran desigualdad de poder entre los diferentes actores. Concluyendo, así, que si el deporte es un espacio de abusos, opresiones y explotación, también debe ser uno de lucha, resistencia y dignidad.
Palabras clave: política; derechos; poder; ética; justicia.
1 Estudiante de la maestría en Sociología Política del Instituto Mora, Ciudad de México. Correo electrónico: carloslab93@gmail.com
Deporte y sociedad. Contrastes: cuerpo, protesta y dignidad
Abstract
After characterizing professional sport as a social sphere full of contrasts, which are the same contrasts of society itself, in this essay I display the existent asymmetry of power and resources in the sports world, specially the one among executives, sponsors, politicians and athletes. To accomplish this I take two main routes. The first one highlights the way in which the body of athletes is subject to the rules, interests an d judgements of a small number of people who constitute the sports elite. The second
one approaches the polemic issue of political protest in sport and the different attitudes around it, exposing the many existing contradictions and the unequal power among different actors. Thus, it is concluded that if sport is a field where abuses, opressions and exploitation take place, it should also be a field where contestation, resistance and dignity emerge.
Key words: politics; rights; power; ethics; justice.
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El deporte –y el deporte profesional2, en específico– puede ser visto e interpretado de múltiples maneras, y así se ha hecho a lo largo de los años. Una manera de verlo es como una especie de símbolo o de muestra del progreso de la humanidad. Lo anterior se debe, más que nada, al concepto de récord que le es inherente desde sus inicios (Besnier, Brownell y Carter, 2018; Guttman, 2004) y al rápido desarrollo y uso que hace de los más recientes avances tecnológicos (los cuales, por extrañas razones, suelen ser considerados como aquellos con los que, en buena medida, juzgamos lo avanzada que está una sociedad, lo que sea
que eso signifique). Aunado a esto, todavía hay quienes suelen atribuirle al deporte un carácter formativo por excelencia e, incluso, lo ven como una herramienta o medio para la transformación social; como una actividad que fomenta, produce e interioriza los valores de una sociedad democrática, solidaria,
igualitaria, pacífica, inclusiva, etc. El famoso espíritu olímpico y el fairplay (véanse ONU (2003) y Moscoso-Sánchez (2010), por ejemplo).
Además, la naturaleza competitiva del deporte profesional y las grandes cantidades de recursos de todo tipo que giran en torno a él, junto con las exigencias de consumo de la sociedad contemporánea, tienen a múltiples industrias (la textil y de la moda, de alimentos, de telecomunicaciones, transporte,
arquitectónica, publicitaria, etc.) trabajando permanentemente a tope, desarrollando y presentando, año con año, una cantidad de productos novedosos
de distintos tipos tanto para las y los deportistas como para cuerpos técnicos,
jueces, árbitros y las audiencias. Estas tecnologías las encontramos en forma de vestimenta y equipamiento; en novedosas técnicas, métodos o sustancias para mejorar el rendimiento; equipos electrónicos de asistencia para árbitros y técnicos; innovadoras formas de transmisión, de análisis y predicciones de encuentros deportivos, por mencionar sólo algunos. Estos impresionantes avances, junto con los constantes récords y logros conseguidos por los países,
equipos y atletas con el pasar de los años, abonan a esa visión del deporte como muestra del progreso y desarrollo humano.
Sin embargo, no es difícil ver que el deporte es, al mismo tiempo, una de las esferas sociales más conservadoras y rígidas que existen en comparación con otras. Esta rigidez y conservadurismo, que residen en su estructura y sus
2 La especificación de profesional es de suma importancia para los fines de este escrito, entendiendo por profesional a “todo aquel que por dinero o cualquier otra retribución pecuniaria, practique, enseñe, prepare o adiestre en cualquier deporte” (Federación Atlética Argentina, 1954, p. 5). La importancia reside en que el deporte profesional es el que más ha sufrido las consecuencias de las exigencias de productividad, eficiencia y consumo de la sociedad contemporánea; es el que más se ha pervertido a causa de la burocratización, rentabilidad y mercantilización. Al tener, entre otras, esta motivación económica, su lógica deviene diferente a la de los demás espacios y formas de practicar deporte (amateur, escolar, recreativo, etc.), y el carácter lúdico de la actividad deportiva se encuentra más ausente o reducido que en cual quier otra. Aunque si bien se conservan y se reproducen los aspectos esenciales, esta motivación específica produce un cambio de gran relevancia, en el que se priorizan ciertas acciones y valores que dan paso a aparición de fenómenos particulares en busca de la ganancia económica.
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dinámicas mismas, contrastan fuertemente con los ideales y aspiraciones de progreso en cuanto a igualdad, inclusión y solidaridad, anteriormente mencionados, que supuestamente buscan. Y no sólo contrastan fuertemente, sino que se ven ampliamente cuestionados cuando reparamos en este otro tipo de aspectos que también le son esenciales al deporte. A poco nos resulta ajeno el hecho de que, históricamente, el deporte ha estado fuertemente marcado por el sexismo, el racismo, los nacionalismos y la xenofobia, la mercantilización y el consumo, la corrupción, su uso como instrumento político o económico por parte ciertas élites, la desigualdad de poderes y recursos entre directivos y atletas, entre
otros.
Para verlo en términos concretos, piénsese que mientras podemos
maravillarnos con la fabricación de bicicletas increíblemente aerodinámicas y livianas, después de múltiples intentos fallidos sigue sin lograrse en el ciclismo de ruta una estable y duradera competencia femenil equivalente al Tour de France varonil, que cuenta ya con más de un siglo de historia3. Podemos ver en la televisión –o en algún dispositivo móvil– en cámara súper lenta, a quién sabe cuántos cuadros por segundo, y desde incontables ángulos, los gritos, cánticos y gestos racistas, xenófobos u homofóbicos que aficionados y algunos jugadores hacen a sus rivales. Mientras estábamos a la expectativa de lo que Japón, el
gigante tecnológico, nos tenía preparado para los próximos Olímpicos de Tokio, diversas mujeres atletas exigen y luchan en diversos espacios por mejores
condiciones y derechos laborales. Celebramos los diversos récords conseguidos
en los juegos de Sochi 2014, para luego enterarnos de la participación gubernamental en un plan de dopaje sistemático en los atletas del país anfitrión. Somos testigos del auge de los sistemas de monitorización y rastreo para obtener los datos y estadísticas del desempeño de atletas, del uso en los entrenamientos de las cámaras de oxigenación hiperbárica, o de la incursión de la termografía aplicada al deporte para la detección de lesiones o el riesgo de sufrirlas, pero
seguimos encasillados en la extremadamente rígida categorización binaria varonil/femenil en las ramas de casi todos los deportes, la cual margina y estigmatiza a atletas transexuales e intersexuales. Así, vemos que las contradicciones que existen en el deporte son las contradicciones que existen en el mundo. Y la estampa perfecta para retratarlas nos la brindó Estados Unidos el 30 de mayo del 2020. Mientras al mediodía, con el lanzamiento del Falcon 9
logrado mediante la colaboración de la NASA con SpaceX, se decía que se inauguraba una nueva era espacial para la humanidad, en decenas de ciudades estallaban protestas llenas de rabia e indignación contra el histórico y sistemático racismo que impera en el país norteamericano, las cuales fueron detonadas por
3 El Tourdel’AudeFemenino, GrandeBoucley LaRoutedeFranceson algunas de las carreras femeniles más prestigiosas que han existido, sin embargo, todas ellas han atravesado por diversos problemas para su realización, sobre todo por el escaso interés de los patrocinadores, ocasionando la desaparición de algunas de ellas desde hace tiempo o de la realización intermitente de otras, incluso llegando a perder su carácter de profesional. La más constante,
estable y que continúa vigente es el GirodeItaliaFemenino .
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el asesinato de George Floyd a manos de la policía de Minneapolis en los días previos. Así es el mundo, y así es también el deporte.
De esta manera, encontramos en el deporte profesional una especie de
contradicción entre el avance y retroceso, entre el progreso y el conservadurismo. Sin embargo, la cuestión central reside en entender que el deporte no es ni lo uno ni lo otro. No es progreso, ni punta de lanza en la transformación de la sociedad, como todavía les gusta creer a muchos. Ni es tampoco la representación de algunos de los aspectos más primitivos de nuestra sociedad, como lo creen otros tantos. Es más bien, utilizando algunas de las frases con las
que Geertz (1973) caracterizó al deporte en su clásico estudio sobre las riñas de gallos en Bali, un cuento que se cuenta una sociedad a sí misma sobre sí misma, “un ejemplo de ella cuidadosamente preparado [...], una simulación de la matriz social” (pp. 358, 366). El deporte nos permite encontrar las más diversas expresiones existentes en el amplio abanico de valores que reinan en una sociedad. Es un espacio que refleja los aspectos más dolorosos, reprobables y decepcionantes, así como los más esperanzadores y reconfortantes que se encuentran circulando en una colectividad. Así, precisamente como lo afirmaba el mismo Geertz (1973), la función del deporte “no consiste en mitigar las pasiones sociales ni exacerbarlas [...] sino en desplegarlas” (p. 364) en medio de
un escenario determinado. El deporte nos permite ver lo que es una sociedad, nos permite ver lo que somos.
Si bien los avances tecnológicos y sus usos en el deporte nos proveen de
mucho material sobre el cual reflexionar, por el momento, me enfocaré en algunos de aquellos aspectos que he caracterizado como conservadores o de atraso que persisten en la práctica del deporte profesional. Como resulta evidente, la cantidad de este tipo de problemáticas es muy vasta y, debido a su naturaleza, resulta problemático hacer una categorización o una delimitación clara para la gran mayoría de ellos en cuanto a la cuestión central del problema,
pues en ellos convergen distintos aspectos. En esta ocasión, de entre todo el gran entramado de problemáticas que podrían escogerse, en la primera parte de este escrito retomaré solamente algunos de los casos recientes más emblemáticos e ilustradores que atañen a las relaciones entre cuerpo, género y poder que nos permitan tener un panorama general del estado del deporte profesional contemporáneo en estos temas.
Afortunadamente, en el deporte –como en cualquier otro espacio de la vida social– las tensiones o conflictos existentes son problematizados y enfrentados de diversas maneras, una de las cuales es la acción directa en forma de protesta o manifestación. Estas protestas y manifestaciones de carácter político que se dan
en el deporte –y que largamente han estado terminantemente prohibidas en las distintas competiciones oficiales– suelen hacer referencia a conflictos que trascienden la propia esfera deportiva, dando como resultado que el deporte profesional y sus espacios suelan ser frecuentemente utilizados como escenario para realizar posicionamientos, exigencias y reclamos de todo tipo. Por ello, en la
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segunda mitad de este ensayo, se encuentran algunas reflexiones en torno a una de las múltiples aristas de la muy compleja relación entre deporte y política, a saber, el de la protesta en el deporte. Reflexiones que nos muestran que no todo está perdido, que a pesar de que las y los deportistas profesionales se encuentran sometidos a un régimen de extrema disciplina y obediencia, todavía nos encontramos con rayos y destellos de esperanza y de dignidad.
Para dejar descansar por un momento las multicitadas y muy conocidas
expresiones del deporte como espejo del mundo o como microcosmos de la sociedad, tomaré prestada la expresión que sirve de título a un reciente libro del
sociólogo e historiador Ariel Rodríguez (2019) y la utilizaré un poco a conveniencia para afirmar que el deporte es “un museo del universo”4. Es un museo porque “el museo expresa un momento totalizante de la cultura: el mundo todo, una faceta, una culminación o un ejemplo didáctico de ese mundo” (p. 13). En él podemos encontrar lo mejor y lo peor, lo más desilusionante y lo más esperanzador de nuestra sociedad. Pasemos, pues, a observarnos, a reconocernos y a contemplarnos.
I. Definiciones y usos legítimos del cuerpo: poder, cuerpo y deporte.
Al definir el deporte como un campo, Bourdieu (1990) lo conceptualizó como una esfera autónoma de la vida social con sus relaciones sociales, sus intereses y sus
recursos propios. Es decir, que el deporte se organiza de acuerdo con su propia
lógica y dinámica –en otras palabras, su realidad propia– las cuales le son específicas, irreductibles y distintas a las de los demás campos. En consecuencia, desde este punto de vista, el deporte es un espacio en el cual existen diversas fuerzas y luchas simbólicas, donde los capitales económicos, sociales y culturales se encuentran distribuidos de manera desigual y los agentes sociales actúan y luchan por mantener o transformar dicha correlación de fuerzas.
Esta disparidad en el volumen poseído de capital se ve materializada, entre otras cosas, en torno al problema de la legitimidad. Es decir, que aquellos grupos que cuentan con mayor volumen de capital tienen la capacidad de decidir qué acciones, qué prácticas o qué productos gozan de ser legítimos o ilegítimos en algún campo en específico (Ariño, 2011), en este caso, el del deporte.
De entre todas las variadas y diversas luchas que se pueden pensar dentro del deporte, Bourdieu (1990) hace mención específica de “el monopolio para imponer la definición legítima de la actividad deportiva y de su función legítima” (p. 200), es decir, de determinar qué sí es y qué no es deporte, qué está permitido
4 Rodríguez (2019) emplea la expresión “museo del universo” no para referirse al deporte como tal, sino a la Ciudad de México en 1968, la cual, en el contexto de los Juegos Olímpicos y el movimiento estudiantil, fungió como museo en el sentido de que exhibió “experiencias de vida, gestos colectivos, estados de ánimo generacionales y lenguajes que iban de la ruptura a las convenciones al uso” (p. 14). Un museo que presentó y representó el gran estado de la cuestión de “la ciudad, de la nación, del Estado, del mundo, del deporte, de la competencia, del arte, de la violencia, del cinismo, de los límites y alcances de una década” (p. 14).
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y qué no, si se es deporte de élite o popular, o el deporte como profesión o como espectáculo. Dentro de esta tensión entre lo legítimo y lo ilegítimo se encuentra también la relacionada con el problema de “la definición del cuerpo legítimo y el uso legítimo del cuerpo” (p. 200). El análisis central del autor sobre esta cuestión radica, principalmente, en el significado y la relación que las personas de determinada clase social establecen con su cuerpo, así como la manera en que esta relación determina, en gran medida, el deporte que se practica, pues cada clase presta una atención diferente a las ganancias intrínsecas para el cuerpo en sí y las ganancias en términos de distinción que otorga cada deporte. Dicho de
manera muy general, Bourdieu (1990) afirma que las élites o las clases altas ven su cuerpo con una finalidad estética, cuyo fin es el goce, la higiene, la elegancia y la admiración: el cuerpo para ser mostrado, “como configuración perceptible, el cuerpo para los demás” (p. 211). Por otro lado, las clases populares establecen con su cuerpo una relación de tipo más instrumental, donde el interés central se encuentra en la ganancia de fuerza y musculatura, y se practican deportes donde se pone en juego el cuerpo mismo5 .
Si bien el sociólogo francés enfoca su análisis en lo recién mencionado sobre
la legitimidad del cuerpo, en las siguientes líneas aprovecharé para retomar esta cuestión y centrar la atención sobre algunas formas en las que, dentro del campo
de deporte, esta tensión de lo legítimo y lo ilegítimo a la que el cuerpo se encuentra sometido también abarca aquellas disputas en torno a las condiciones
o las características específicas que deben cumplir los cuerpos que hacen deporte.
¿Quién puede y quién no puede hacer cierto deporte? ¿Quién y con qué fundamentos lo decide? Los siguientes son algunos casos donde se pueden ver claramente estas tensiones entre poder, cuerpo y deporte. Casos en los cuales se hacen patentes las grandes desigualdades de posesión de capitales que se traducen en opresiones, abusos e injusticias debido al gran poderío y control que ejercen ciertos organismos, empresas, instituciones y directivos sobre los y las
atletas.
Quizá el caso reciente más mencionado cuando se habla de cuerpo, género y deporte sea el de la corredora sudafricana Caster Semenya, quien ha sido
5 Por ello, asegura Bourdieu (1990), las personas pertenecientes a las clases altas suelen decantarse por deportes en los cuales el cuerpo no es expuesto al contacto físico brusco o directo, y algunos donde el componente estético resulta fundamental: esgrima, golf, gimnasia, polo, equitación, tenis (conocido en sus inicios como eldeporteblanco, y no únicamente por el color de sus uniformes), entre otros. Cabe resaltar que, hasta hace no mucho tiempo, los colores predominantes de los uniformes de algunos de estos deportes sean el blanco y los colores claros, los cuales han estado tradicionalmente asociados a la higiene, al prestigio y la nobleza. En cuanto a las clases populares, el tipo de relación con su cuerpo resulta en la práctica de deportes donde resaltan la fuerza física, la resistencia y la agresividad, como los deportes de contacto. No está de más mencionar que, sin duda, hoy día vivimos lo que algunos autores han llamado la democratización del deporte (Iuliano, citado en Gómez, Grinszpun, y Seid, 2012), donde, como consecuencia de la globalización, los deportes tradicionalmente practicados por las clases altas se han hecho más accesibles a las demás y donde estas transitan, poco a poco, hacia la práctica de otros deportes.
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multimedallista olímpica y mundial en los 800 metros planos. Siempre vale la pena retomar su historia. Semenya ha estado desde hace muchos años en medio de la polémica, y la razón es que, para algunos, no parece completamente mujer. Durante las primeras competencias de su carrera deportiva, Semenya no provocaba tanto alboroto, si acaso uno que otro comentario, nada más; pero en el 2009, cuando los primeros lugares, las medallas y los buenos cronometrajes llegaron, las sospechas y acusaciones no se hicieron esperar, tanto por parte de atletas como del público, entrenadores, comentaristas, etc. Elisa Cusma, atleta italiana que corrió contra Semenya en la final del mundial de Berlín de ese mismo
año, la acusó directamente de ser hombre. Inicialmente, se manejaron versiones sin fundamento de que Semenya era transexual o se le señaló –utilizando el término de manera errónea– de ser hermafrodita. Ante la presión, la entonces llamada Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF por sus
siglas en inglés, que a partir del 2019 cambió su nombre a WorldAthletics ), máximo órgano rector del atletismo en el mundo tomó la decisión de intervenir, exigiendo a la atleta la realización de diversas pruebas de verificación de sexo6 . En diversos medios trascendió la noticia de que los resultados de dichas pruebas arrojaban que Semenya producía niveles de andrógenos, especialmente de testosterona, tres veces superiores de lo que lo hace una mujer promedio, y que
la atleta había atravesado por lo que hoy día se conoce como diferencias en el desarrollo sexual (DSD), siendo esto el causante de sus altos niveles de
andrógenos.
En medio de la polémica, en el 2010 la IAAF decidió seguir la recomendación de un grupo de expertos médicos que establecía que la sudafricana podía seguir compitiendo como mujer sin limitación alguna. El caso quedó archivado, aunque no sin sus opositores correspondientes, hasta el 2018, cuando la IAAF decidió establecer nuevos criterios de elegibilidad para las atletas mujeres con altos niveles de testosterona, exigiendo que, si querían participar en los eventos
oficiales, estas debían someterse a un tratamiento médico para bajar su producción de testosterona hasta un nivel específico. Negándose a acatar esta medida por considerarla discriminatoria y violatoria de sus derechos, Semenya ha emprendido desde entonces acciones legales contra la IAAF ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo y la Corte Federal Suprema de Suiza, las cuales, hasta el momento, no han sido favorables para la sudafricana, lo que al día de hoy – al momento en que se escriben estas líneas (verano del 2020)– la tiene alejada de competencias oficiales y con la incertidumbre de poder participar en los próximos Juegos Olímpicos de Tokio.
De esta manera, la entonces llamada IAAF determinó quién sí es una mujer
normal y quién no, y lo que se debe hacer si se quiere ser considerada como tal. Imaginemos que algo similar se hiciera en las ramas varoniles: que resultara que
6 Para una reconstrucción histórica y análisis a fondo sobre la cuestión del sexo, atletas intersexuales y las pruebas de verificación de sexo en el deporte, puede consultarse Besnier, Brownell y Carter (2018)
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Bolt, Phelps o Djokovic produjeran una cantidad considerablemente mayor de testosterona que los demás hombres, ¿se les suspendería por ser demasiado hombres o más hombres que los demás? O, en un sentido inverso, si la Federación fuera congruente con su lógica de competir en igualdad de condiciones, entonces también tendría que exigirles a los atletas hombres, que por alguna razón producen niveles más bajos de testosterona que el hombre promedio, a someterse a tratamientos médicos para alcanzar niveles iguales a los de los demás competidores, ¿no?
Como bien argumentan Rivero y Tamburrini (2014), lo de Semenya y otras
mujeres con características similares es consecuencia de la arcaica rigidez de la división binaria de los sexos. Estos autores lanzan una dura crítica en la que afirman que la división de categorías en el deporte basada en el sexo es obsoleta, especialmente en estos tiempos donde los conocimientos médicos y científicos son tan avanzados. Lo que tendría sentido hacer es medir el índice de andrógenos, particularmente la testosterona, para construir desde ahí las categorías competitivas en los deportes, independientemente del sexo biológico. Esto permitiría superar todos aquellos supuestos dilemas que surgen en cuanto a la participación de atletas transexuales, intersexuales, DSD, etc7. Hacer lo anterior implicaría no sólo reconfigurar el deporte, sino reconfigurar las formas
de pensamiento y, por lo tanto, reconfigurar la sociedad.
En una de las incontables entrevistas que ha dado Semenya, la atleta menciona contundentemente “Todos somos diferentes [...] Yo produzco más testosterona, ¿y eso qué?” (Guardian Sport, 2019) Tiene razón. El éxito o fracaso,
el ser mejor o peor que otros en un deporte o en el desarrollo de habilidades específicas está determinado, principalmente, por nuestras diferencias – tanto físicas como culturales y sociales (las últimas teniendo efectos decisivos en las primeras, como se sabe desde hace tiempo, Besnier, Brownell y Carter, 2018). Las y los atletas más destacados las poseen en mayor medida que los demás.
Recordemos que por algún tiempo se habló mucho de la anatomía de Phelps, sobre todo de la longitud de sus brazos; o de la estatura y longitud de las piernas de Bolt; o de la potencia de Cristiano Ronaldo, pero en ningún momento fueron cuestionados por ello, sino idolatrados. Fueron incluso estudiados, aunque no con un ánimo de sospecha o cuestionamiento –como Semenya–, sino de admiración. Diferencias anatómicas y fisiológicas naturales –refiriéndome con
7 Claudio Tamburrini, filósofo y ex futbolista argentino, retoma la interesante y cada vez más respaldada propuesta del profesor Pedro Malpica, quien esgrime la posibilidad de que el criterio de categorización en los deportes no sea el sexo, sino aspectos como los niveles de andrógenos en el cuerpo o, dependiendo de la actividad, factores como el peso, la estatura o la masa muscular –algo muy similar a lo que ocurre en el boxeo, cuyas categorías están basadas en el peso de los competidores–, apuntando siempre a competiciones mixtas. De esta manera, en el futuro, las dos categorías se fundirían en una, y así como hoy nos extraña la costumbre de que antes se separara a los deportistas en categorías diferenciadas por razas, “de la misma forma el actual cisma entre femenino y masculino se verá como un rasgo anticuado y prejuicioso” (Rivero y Tamburrini, 2014, pp. 111- 112).
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esto a que no han sido modificadas intencionalmente– son las que, en última instancia, definen la gran variedad de atletas que vemos día a día: estatura, complexión, capacidad pulmonar, elasticidad, tolerancia a los efectos del ácido láctico, explosividad y potencia muscular, etc.8 El único pecado de Semenya es que su diferencia transgrede una de las concepciones dicotómicas más sagradas y constitutivas del pensamiento occidental: la de hombre/mujer. Y aunque probablemente el de Semenya sea el caso más conocido, no es la primera mujer en sufrir este tipo de problemas. Esperemos que sea de las últimas.
Es en situaciones como esta donde se hacen plenamente evidentes las
características que le confieren autonomía al campo del deporte: su auto administración y su autor reglamentación. Al hablar de la autonomización de este campo, Bourdieu (1990) hizo referencia a dos procesos específicos que lo acompañan: la racionalización y la reglamentación. Con ellos se refiere a la constitución de un cuerpo de reglamentos específicos de aplicación universal y a la de un cuerpo de dirigentes especializados. Estos últimos:
Están investidos del derecho de fijar las normas relativas a la participación en las justas que ellos organizan y les corresponde ejercer, bajo control de los tribunales, un poder disciplinario (exclusiones, sanciones, etc.) para que se
respeten las reglas específicas que ellos dictan (Bourdieu, 1990, p. 198).
El problema reside en que la posesión de poderes y recursos –o de capitales– es tan grande y desigual, que todo agente que participe en dicho campo queda, prácticamente, bajo su control. El dominio de ciertos organismos nacionales o internacionales, federaciones, patrocinadores, empresas de diversa índole o directivos ha llegado a tal punto que, como es fácil darse cuenta, el deporte profesional tiene, literalmente, dueños. Son ellos quienes deciden qué se hace y que no, cómo, cuándo y dónde se hace, y hasta lo que es moral e inmoral. Formar
parte de ese mundo implica la obligación, casi inescapable, de seguir y conducirse bajo dichas reglas y valores. Las capacidades, talentos, características de los cuerpos, el esfuerzo y el trabajo son puestos a su consideración, apreciación y criterio. Esta disparidad de poderes y recursos conduce, en muchos casos, a múltiples abusos, a explotación y maltrato hacia los y las atletas; los cuales gozan, por lo general, de absoluta impunidad. ¿Quién vigila al vigilante?
Allyson Felix es la velocista más galardonada en la historia de los Mundiales de Atletismo. A la fecha, cuenta con 13 medallas de oro, tres de plata y dos de bronce; así como con seis medallas de oro y tres de plata en Juegos Olímpicos. Es, sin duda alguna, una de las mejores velocistas de todos los tiempos. En el
2019, esta corredora estadounidense libró una batalla contra su patrocinador, una
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8 Además, el desarrollo de algunas de estas cualidades –como la capacidad pulmonar, la elasticidad, la estatura, entre otras– no depende en absoluto del nivel de testosterona en el cuerpo, y resultan, incluso, mucho más determinantes que esta última al momento de otorgar ventajas en ciertos deportes, dependiendo de la actividad de la que se trate.
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