

Reseña: Mendoza, J. (2015). Sobre memoria colectiva. Marcos sociales, artefactos e historia. México: Universidad Pedagógica Nacional
Blanca Reguero Reza 1
Es indudable que todo proceso teórico y metodológico responde a escenarios, crisis, coyunturas y estructuras, ese es al día de hoy un problema del
conocimiento académico: que se separa de todo aquello que le da sentido.
El día de hoy celebramos la materialización conceptual que trae este libro. Me gustaría de forma general rescatar ciertos puntos e ideas principales del texto, y responder a todo el auditorio la siguiente pregunta: ¿Por qué es importante leer el libro: Sobrememoriacolectiva.Marcossociales,artefactos e historiade Jorge Mendoza?
Para responder a esta pregunta voy a dividir mi presentación en cuatro puntos para abarcar en la medida de lo posible la excelente obra que exponemos hoy.
1er. Punto. Las citas que tiene el texto, más que citas directas o indirectas son una serie de conversaciones de autores clásicos de la psicología social, la
historiografía y la psicología colectiva. Vamos a ver ¿por qué?
Cuando leía la primera parte del libro no me pude dejar de imaginar una
plática de café entre: Halbwachs, Ribot, Blondel y, por supuesto, Pablo Fernández. Cada uno de ellos es citado de forma estratégica en el libro, cada uno aporta elementos que permiten entender a la memoria colectiva: dónde se inserta, cómo nace, y cuál es su contenido.
Pensemos que la plática sí se dio, que fue en un café de Coyoacán, a aquellos que no puedan hacerlo porque saben que los autores no son contemporáneos les diría que el libro nos va a enseñar que el tiempo no es
1 Profesora de la Universidad Nacional Autónoma de México. Departamento de Psicología Social, Facultad de Psicología. Correo electrónico: breguero@unam.mx Presentación del 27 octubre de 2015 en la Facultad de Psicología de la UNAM
Blanca Reguero Reza
lineal ni cronológico, el tiempo no transcurre, sino que dura o subsiste, es una cualidad de los fenómenos sociales, por lo menos para mí sí se encontraron, tertuliaron y discutieron, ¿dónde? pues en el libro. Ya tenemos los dos aprioris resueltos: el tiempo: uno cualquiera no cronológico y el espacio: en Coyoacán y el libro de Jorge Mendoza Sobrememoriacolectiva.Marcossociales, artefactos e historia.
Voy a contarles la escena: un sábado en la tarde, la ciudad estaba colapsada como siempre que llueve, en el café, el primero en llegar fue Halbwachs, obviamente le pidió permiso a Durkheim para asistir, además lleva unos pequeños lentes, no va despeinado, casi no tiene pelo. Él convocaría a la
reunión para tertuliar sobre aquel concepto que hace que un recuerdo ocupe un lugar importante en la vida de un grupo, colectivo o comunidad. Después entra Ribot, para dilucidar los puntos de apoyo, los significados y los sentimientos que trae consigo la memoria colectiva.
Continúo el relato: llegó Blondel para esclarecer que la memoria siempre será colectiva, que los recuerdos que algunos determinan como personales se sitúan en las nociones colectivas previamente construidas en grupo. Por último , y no menos importante, entra Pablo Fernández, a él todos lo conocemos, pero Pablo tendrá una tarea: convencer a Halbwachs que la vida cotidiana y la afectividad tienen que ver con la memoria colectiva.
En el café como en el libro, cada uno expone su punto: Halbwachs comienza diciendo que no está de acuerdo con Ebbinghaus, la memoria no es cúmulo de repeticiones sin sentido, porque después de repetir no pasa nada más, para él,
dice en tono fuerte: “la memoria es un proceso de experiencias que se inscriben en marcos sociales como el tiempo y el espacio y después se reconstruyen en grupo y forman un escenario de recuerdo netamente colectivo, social y cultural” (p.20) .
Blondel, que sigue la misma línea, asienta lo que dice su amigo, pero agrega que es imposible recordar solos, el recuerdo se da por los otros y se inscribe como la identidad formada en el pasado por los grupos; es decir, nace de un pasado y no es un individuo el que delinea cuáles acontecimientos serán
recordados u olvidados, son las categorías de la cultura, la comunidad y los grupos.
Ribot únicamente menciona que los puntos de apoyo están fuera de los individuos y alude la importancia de los significados, pero también dice que le gustan más los temas de la filosofía que los de la memoria colectiva, y se va. Cada uno se explaya y el café ya se enfrió, entonces toma la palabra Pablo, y
les dice que los tres tienen razón, pero que también hay que entender que desde esta idea se puede observar la sociedad, la memoria colectiva no es so lo una categoría de análisis teórica, es un concepto que da cuenta de la sociedad, que la sociedad no es un receptáculo de individuos, sino todo aquello que pasa
dentro de los marcos sociales, esquemas o formas establecidas.
2do. Punto. ¿Qué es entonces la memoria colectiva?
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Ya no nos imaginemos el café, ahora imaginémonos leyendo el libro de Jorge Mendoza Sobrememoriacolectiva.Marcossociales,artefactosehistoria , y pensando que no es un texto únicamente para especialistas, todo aquel que quiera acercarse a conocer el concepto de memoria colectiva lo puede hacer, sea del semestre que sea, este es un texto que te va atrapando en la medida que lo vas leyendo.
Vamos a ver que con unas cuantas citas el concepto de memoria colectiva queda por lo menos definido. En la página 20, citando a Halbwachs se dice: “ […] puede hablarse de memoria colectiva cuando evocamos un acontecimiento que ocupa un lugar en la vida de nuestro grupo y que hemos traído a la memoria,
que lo hacemos presente en el momento en el que lo recordamos desde el punto de vista de este grupo”.
De esta definición se pueden rescatar dos momentos de la memoria colectiva, el primero de construcción y el segundo de significación, el primero tiene que ver con el enriquecimiento del pasado y el segundo con la posibilidad de conmemorar o de hacer presente lo vivido.
En la página veintiuna se encuentra la cita de Pablo Fernández quien, esgrimiendo el concepto de memoria colectiva, dice que es "el proceso social de reconstrucción del pasado vivido y experimentado por un determinado grupo, comunidad o sociedad”. Esta definición permite entender los siguientes
argumentos de la obra y del desarrollo conceptual de la memoria colectiva . Queda claro que esta memoria es diferente a la memoria de correlato biológico y que no está determinada por la individualidad psicológica; sino que
“se contiene en marcos sociales, principalmente: el tiempo, el espacio; se comunica mediante el lenguaje y narraciones; […] se edifica con materiales como los artefactos […]” (p. 79). Hablaré de los primeros tres:
El tiempo es el transcurrir de la memoria colectiva, algún significado de ese tiempo se traduce en fechas que remiten a un pasado particular. Pero más allá de las fechas de conmemoración, el tiempo abarca a la memoria, pues ningún recuerdo puede darse fuera de él.
El espacio no es solo el entorno físico es el entorno social, antropológico,
geográfico y filosófico de la memoria. Las diferencias pueden ser sutiles, en el texto están bastante dilucidados los debates sobre el concepto, por motivos de tiempo, diré simplemente que el espacio es el lugar de la memoria, es el receptáculo que encierra las circunstancias que son contenidos de la historia.
El lenguaje no es solo un marco social de la memoria sino un artefacto de la misma, es el artefacto más acabado de la memoria colectiva. El lenguaje aquí no es entendido como la producción del habla de un individuo, sino como la forma en que la sociedad se materializa: si hay lenguaje necesariamente hay un aparato social de significación.
3er. Punto. La importancia de la vida cotidiana en el texto.
La vida cotidiana es sin lugar a dudas la categoría de análisis que es transversal a toda la conceptualización del libro. En el apartado del libro
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denominado Losrelatoslocalesycotidianos, ejemplifica algunos elementos de la vida cotidiana en el denominado son jarocho. Me gustaría comentar que el libro utiliza el concepto de vida cotidiana en muchos momentos, no se puede pensar en la estructuración de la memoria colectiva sin prácticas cotidianas significativas de grupos o comunidades.
La vida cotidiana se convierte en una cuestión estética, afectiva, económica, política y social, en la cual se establecen sus condiciones. El pasado, el presente y el futuro del grupo que se constituyen en recuerdos y, por supuesto, en olvidos.
Dice Jorge en la página ciento setenta y siete: “el pasado se hace presente y
el presente va delineando el futuro”. La vida cotidiana, escenario indispensable para el devenir social, permite que los artefactos de la memoria operen, s e transformen y se constituyan.
Traigo al auditorio una de las referencias que Jorge menciona en su texto: “Le Goff ha dilucidado que el nivel de la historia lejos está de los grandes momentos perfilados por el poder, el nivel de la historia se encuentra en lo cotidiano, ahí donde los significados viven es donde se inserta la memoria colectiva, tal vez no en un único pasado nostálgico sino más bien en las estructuras de la vida material y cotidiana”.
La vida cotidiana hace que la memoria colectiva sea una forma alternativa de la historia. El texto trae un ejemplo muy ilustrativo: el movimiento estudiantil
de 1968. Las versiones oficiales de los inicios, participantes y eventos distancian
a los hechos de la realidad, pensar que las versiones oficiales son verdades tangibles e inamovibles es creer en verdades históricas y en respo nsabilidades morales pasajeras.
La memoria colectiva no es solo un concepto, es también una propuesta histórica, política y social que hace oposición a las cruentas versiones de héroes y de patria. Aquí es donde Jorge desmitifica a estos héroes y nos deja ver una versión de la historia totalmente diferente a la oficial; “la distinción entre memoria e historia no solo remite a su contenido sino también a la forma como se hace su reconstrucción” (p. 146) .
En el apartado sobre LaguerrillaylaguerrasuciaenMéxico:cuestión de memoriacolectiva, dice Jorge “La guerra sucia que se desató, principalmente contra los integrantes de las organizaciones guerrilleras (de las décadas de los 60s, 70s y parte de los 80s) fue negada al paso de los años, en el discurso gubernamental nunca existió” (p. 226) .
¿Qué puede decir la memoria colectiva ante esto? Mucho. Los recuerdos sociales establecen un malestar general, sin la memoria colectiva ninguno de estos hechos tendría una relación, conforme lo explican los engrudos y datos ficticios de la historia oficial. El gran problema de la historia oficial es que nadie la cree, nadie la vive, nadie la recuerda.
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Por esto es importante reflexionar sobre la memoria colectiva, porque no es solo el concepto explicativo de un tipo de psicología, es el entramado social de la crítica y las propuestas sociales alternativas. Es decir, es el futuro.
4to. y último Punto. La estructura del texto y su génesis: El Seminario de Memoria Colectiva y Olvido Social.
En este libro veo a un Jorge Mendoza diferente de aquel que se atrevió a escribir en los momentos más álgidos de la huelga de fin de siglo (1999- 2000). Sus diferentes tesis: la de Licenciatura (UnanálisispsicosocialdelEZLN Una visióndesdelainfluenciasocialminoritaria), la de Maestría (Los movimientos armadosdefindesigloenMéxico:UnanálisisdesdelaPsicología Política
Latinoamericana), y la de Doctorado (Movimientosarmadosyguerrasucia en México1965-1984:Unaaproximacióndesdelamemoriacolectiva), lo llevaron por un perfil analítico más que interesante, le permitieron entender que los conceptos que dan vida a la psicología social no están en desuso, están vigentes y pueden ayudar a transformar los presentes vividos, los escenarios coyunturales y retar las estructuras intelectuales y sociales de la vida cotidiana. Por esto considero que los espacios de encuentro, los seminarios, el café y algunas pocas clases nutren discursos y prácticas a la psicología social.
El libro de Jorge es producto de investigación rigurosa, formal y crítica que no se hizo en un laboratorio, se hizo en la realidad social, en el contexto de este
otro México, de esta otra UNAM, desde esta otra academia de la que algunos formamos parte.
Felicito a Jorge por dos cosas: su libro y su legado. Para mí es un trabajo magistral que atrapa al lector porque reúne y sistematiza autores (desde los griegos hasta nuestros días), de las más diversas disciplinas (como la literatura, la filosofía, la historia, la antropología, la psicología) y temas (como memoria colectiva, recuerdo, marcos sociales, artefactos, relación memoria e historia, el pasado y la educación, guerrilla y guerra sucia en México). Además, comparto lo que Jorge comenta en la introducción: que una idea primigenia de este libro surgió aproximadamente hace 10 años en el Seminario de Memoria Colectiva y Olvido Social aquí en la Facultad, y dice que yo participé como solidaria
académica y que posibilité parte de la infraestructura. Aquí solo quiero hacer mención del apoyo que nos brindó siempre la Dra, Frida Díaz Barriga y comentar que todas las cosas importantes y maravillosas que han sucedido en mi vida académica siempre han venido de parte de ustedes los estudiantes, porque, como Jorge, espero encontrarme a muchos presentando obras que sigan conmemorando los conceptos de esta psicología crítica y social. Terminaré diciendo dos cosas: la primera es que recomiendo leer este libro .
Cito al propio Jorge Mendoza: “los libros, en cierta medida, han sido como una especie de recipiente donde se guarda lo que no se quiere olvidar, lo que se desea comunicar y lo que se anhela recordar” (p. 97) .
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Y la segunda es que quedo a la espera de su próximo libro sobre el olvido para reencontrarnos porque si algo puedo decir de la memoria es que le ha servido más olvidar que recordar.
Reseña: Mendoza, Jorge. (2015). Sobrememoriacolectiva.Marcos Sociales, artefactosehistoria. México: Universidad Pedagógica Nacional por Blanca Reguero Reza

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