Revista SOMEPSO Vol.4, núm.2, julio-diciembre (2019) ISSN 2448- 7317
Rockdrigo/Rodríguez: un paralelismo
Jesús Nieto Rueda 1
Sección: Disertaciones Recibido: 05/10 /2019 Aceptado: 29/10 /2019 Publicado: 13/12 /2019
ParaMazade Azcapo
El documental SearchingforSugarman(2012) de Malik Bendjelloul ha revelado a escala mundial a uno de esos roqueros de los setenta cuyo trabajo había sido relegado entre centenares de productos culturales de la época. Si bien la historia de vida narrada en el filme es conmovedora en sí misma, una de las cuestiones más interesantes que plantea es el vínculo que el público sudafricano estableció con la música del estadounidense Sixto Rodríguez. Sin ser deliberadamente un cantante político, o de protesta, sus discos fueron censurados en la Sudáfrica del apartheidpor tratar temas como la drogadicción. Sabemos que la censura es un acicate para estimular el interés y ésta no es ninguna excepción, Rodríguez se
convirtió en un ícono de la lucha política contra un sistema retrógrada en el país africano, y sus discos y casetes (legales y piratas) repuntaron en ventas. La leyenda negra de su muerte por inmolación al final de un concierto se expandió con tal éxito que tuvieron que pasar cerca de veinte años (mismos en los que Sudáfrica misma cambió radicalmente) para que a alguien se le ocurriera averiguar quién era eserockstarde toda una generación y cuál había sido en realidad su paradero. En otro contexto, en el México de los ochenta, la muerte de Rodrigo González, Rockdrigo, en el terremoto del 19 de septiembre de 1985, significó la posibilidad de mayor difusión de su música y la del llamado colectivo Rupestre que él encabezó, así como del rock urbano en general. En medio de la crisis ante el terremoto, de la efervescencia de una organización ciudadana sin precedentes, la leyenda de Rockdrigo creció. Al poco tiempo se reeditó el caset Hurbanistorias y
luego se grabó un disco, Elprofetadelnopal, con algunas canciones épicas como “Tiempo de híbridos” y “Huapanguero”, que habían sido registradas en un programa de Rodrigo de Oyarzábal en Radio Educación dedicado al rock. González no es tampoco un cantante explícitamente político, pero como en el caso de Rodríguez, su producción está moldeada desde un punto de vista que
1 Docente en la Escuela de Diseño del INBAL; la Universidad Iberoamericana; y el Tecnológico de Monterrey. Correo electrónico: jesusalamanca@gmail.com
Jesús Nieto Rueda
revela las condiciones de miseria de algunos sectores específicos de la sociedad
capitalista. Los ámbitos en los cuales se gesta la música de los dos roqueros (Detroit, Michigan y México, Distrito Federal) nos dan elementos para ubicar una configuración espacial que sugiere la crítica social. La referencia a una figura central de la escena del folk-rock es inmediata en ambos casos. De Rodríguez se ha dicho que es un Bob Dylan latino, entendido desde la perspectiva del interior de Estados Unidos (Delingpole, 2009) y de González que es lo más cercano a Dylan en México (Agustín, 1996). Aunque es inevitable la referencia al ahora Nobel de Minnesota, también es necesario no sobreestimar la influencia y atribuirles crédito a los muchos músicos de folk-rock cuya búsqueda llega a andar caminos similares pero que finalmente tienen su propia voz, su propia construcción discursiva, así como sus muy particulares experimentaciones
musicales.
Rodríguez/Rockdrigo, la posibilidad de plantear una situación de doppelgangerestá ya implícita en los nombres artísticos elegidos por este par, y los propósitos implicados en su música lo hacen aún más sugerente. Ambos prefieren una orquestación mínima, el papel central de la guitarra acústica y una voz que decididamente se quiere alejar de un tono artificioso. No se trata de cantantes pop, en el sentido en que su música no es difundida por disqueras mainstream. Su mensaje se esparce entre un público que lejos de fugarse de la realidad busca confrontarse con ella. Los meros títulos de los álbumes indican
esta intención ColdFact(Dato frío) y ComingfromReality (De vuelta de la realidad) de Rodríguez y Hurbanistoriasde González.
Las temáticas en que coinciden pueden extenderse hacia sus respectivos
ámbitos urbanos: Rockdrigo escribe su “Vieja ciudad de hierro” y Rodríguez un “Inner City Blues”, por referir solo dos canciones que abundan en la atmósfera citadina, si bien “Rock en vivo” de González sea quizás un mejor ejemplo de cómo se puede lograr un tema melancólico (blusero en ese sentido) en la ciudad. Al no tener por tema la urbe en sí, la canción aborda lo citadino como atmósfera, de una forma oblicua y significativa.
Me detengo en ese título al tratarse de una canción que no ha tenido tanta difusión, no obstante que se trata, desde mi punto de vista, de una de las más espléndidas canciones de desamor en el rock mexicano, y una de las mejores de Rockdrigo. Situada en una zona específica del entonces Distrito Federal, el tema de fondo es la relatividad del tiempo cuando de amores se trata, misma que Neruda ya había planteado de forma memorable en uno de los versos más
celebrados de Veintepoemasdeamoryunacancióndesesperada: “es tan corto el amor y tan largo el olvido” (Neruda, 1924). El yo de la canción se aferra a un amor fugaz y el tiempo le parece eterno: “me asomo al reloj y es más que un calendario”, mientras abriga la esperanza de que el ser amado “aterrice”. La brevedad de la historia de amor se resume en un estribillo con una serie de imágenes de una precisión hermosa:
tu amor fue un rock en vivo,
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dos, tres manchas de tinta,
un requinto de jazz fugaz e improvisado,
una imagen en el aire de un pintor apresurado (González, 1984).
El personaje contempla la calle Antonio Caso por donde pasan coches que “rugen feroces”, “zapatos viejos”, “caras oxidadas”, “sombras que entran y salen oliendo a cerveza”; todo esto en una “estructura de esmog”. También aparece una referencia al mundo marítimo, como si allá lejos de la cotidianidad, a una distancia de largo viaje en autobús, estuviera otro ámbito, el de las utopías: “Ya todo es esquema, desde que partió tu barco/máquinas, sistemas, estructuras, sin embargo/un acorde vuela, me platica de una isla…” La esperanza parece haberse hundido en la posibilidad del viaje mar adentro: “un extraño me ha dicho que navegas lejos/en busca de tierras lejanas”.
Las pinceladas de descripción del entorno citadino aquí contribuyen a recrear una atmósfera gris en la que se asientan la nostalgia y la melancolía. Lejos de sentirse acompañado, el personaje está sumido en una soledad que no dialoga con otras, sino que apenas las contempla; totalmente ensimismado, no se mira en los otros, los ve como “figuras de cera que pasan sin decir tu nombre”.
En “Thinking Of You” del álbum ComingFromReality, Rodríguez cede a la tentación de la balada melancólica en la que retoma todos los tropos característicos del género e incluso se escucha de fondo el típico acompañamiento de violines, que luego contrasta con una guitarra dulce y triste
a la vez. Una melodía que ubicada en su época encaja dentro de una moda, pero
quizás escuchada por primera vez (para la gran mayoría del público que conoció a Rodríguez a partir del documental ya mencionado) llega cargada de una
nostalgia setentera que la redimensiona. La letra de esta canción es bastante más sencilla que la de “Rock en vivo”, si bien mantiene ese espíritu de un amor fugaz e inolvidable que el personaje revisita en su recorrido por las calles de una ciudad anónima.
La canción de desamor sirve a ambos músicos como espacio de recreación de una realidad urbana opresiva. Aun cuando no se propongan explicitar las razones por las que les pesa vivir en una ciudad, el ámbito de lo urbano- marginal se despliega como parte de su entorno. Ni Sixto Rodríguez ni Rodrigo González pueden negar una tradición que les antecede y que bien puede rastrearse entre los poetas decadentistas de fines del siglo XIX en París, aunque llega a sus más cercanos antecedentes: los beatniksque recorrieron las periferias de Estados Unidos y México, o ya de nuestro lado, Efraín Huerta, el poeta urbano por
excelencia, quien también anduvo los caminos de Texas, las avenidas neoyorquinas (quizás siguiendo los pasos de García Lorca), además de los laberínticos circuitos interiores de la ciudad de los palacios y los terremotos. Revisemos ahora uno de los temas musicales del disco ComingFrom Reality (1971) que aparecen en la película SearchingforSugarmany que, sin lanzar consignas específicas, describe e interpreta una circunstancia con tal veracidad e
ironía que dota a la música de un contenido profundo y conmovedor. “Cause”
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describe la situación de un hombre que pierde el trabajo dos semanas antes de
Navidad. Mientras “la lluvia bebe champaña”, el personaje busca hablar con Jesucristo en el drenaje y el Papa le dice que ese no es su maldito problema. A partir de ahí reflexiona sobre su condición, para concluir que si, como dicen, uno debe pagar sus deudas, él ya ha pagado con creces (overpaid ).
Resulta curioso el abordaje del tema de las deudas que casi una década más tarde Rodrigo González, Rockdrigo, trataría en “Balada del asalariado”. En este caso, el personaje atormentado también recurre a la ayuda divina, aunque en un templo, y la voz de Dios le contesta en un tono resignado: “Nada muchacho, sólo eres un asalariado”. Si bien, este personaje no está desempleado, la consigna social es idéntica: “Pagar, pagar, pagar, sin descansar, pagar la vida con alto costo, suben las cosas menos mi sueldo…”
Entre “Cause” y “Balada del asalariado”, como puede verse, las semejanzas son evidentes. Las búsquedas similares en los otros temas mencionados quizás puedan coincidir con las preocupaciones de una época de la música popular. Las trayectorias de vida de Rodríguez y Rockdrigo son claramente distintas: un mexicano-americano proletario que logra insertarse en la industria del rock en Estados Unidos y que luego pasa a ser olvidado en su lugar de origen si bien se convierte en una figura central de la música popular importada en Sudáfrica, y cuya dimensión legendaria crece con el mito de su muerte. Del otro lado está un muchacho de la clase media de Tampico que mama de casa el amor por la música
folclórica mexicana y cada que tiene oportunidad, cruza “del otro lado” para
escuchar el rock estadounidense. ¿Habrá escuchado Rockdrigo a Rodríguez en radio de onda corta o en alguna tienda de discos en sus viajes a Texas?
Demasiada especulación, aunque no sería raro dada la incesante búsqueda de referencias que llevó a Rockdrigo a escuchar muchísimo del folk-rock que se hacía en los países anglosajones, lo cual lo llevó a enamorarse de la música del escocés Donovan y del canadiense Neil Young. Lo que sí sabemos es que Rockdrigo y Rodríguez recorrieron caminos muy distintos en contextos adversos para ambos que los dejaron, finalmente, en una condición de marginalidad.
La voz de un “latino” (que canta en un inglés estándar, por cierto) en el panorama del rock estadounidense no desentonó en una década en la que ya se habían consolidado figuras como Joan Báez, también de origen mexicano. Rodríguez tuvo la oportunidad de firmar contrato con una disquera independiente, Sussex Records, que se arriesgó a grabar los dos discos ya mencionados. La filial de Buddah Records terminó cerrando pocos años después.
Aunque los discos fueron luego distribuidos en Australia por otra compañía, Rodríguez asumió su derrota ante las pocas ventas reportadas en Estados Unidos y abandonó la escena musical. Rockdrigo, en cambio, enfrentó de muy joven el estigma con el que cargaba el rock en nuestro país como una música de adictos y subversivos, así como el desafío de hacer música fuera del circuito oficial a partir de la prohibición de los conciertos masivos desde Avándaro (1971). El caset que
grabó en 1983, para el cual también diseñó la portada, era distribuido por él
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mismo de mano en mano en sus tocadas. Ya en los últimos años de vida
Rockdrigo y su grupo Qual comenzaban a hacerse de un nombre, a lo cual se deben algunas grabaciones en vivo. La fama de Rockdrigo, que se limita a una escala nacional y no deja de ser la de un cantante marginal, se desató únicamente después de su muerte.
De modo que estamos ante dos figuras que, en modos y contextos distintos, fueron ninguneadas en su momento, sin embargo, hoy su obra ha sido objeto de una reivindicación que reditúa en una definitiva ampliación en su audiencia. En septiembre de 2019, “Sugar Man”, la canción más popular de Rodríguez en Spotify tiene 32,437,967 reproducciones. “Distante instante”, la canción más escuchada de González tiene 510,188 reproducciones. Evidentemente se trata de escalas muy diferentes. En todo caso, la difusión que han alcanzado estos dos
artistas en la actualidad rebasa por mucho lo que sus grabaciones obtuvieron el momento de su publicación. Con el tiempo se les ha redimensionado.
Roqueros en busca de una lírica de lo marginal, Rockdrigo y Rodríguez han ido hallando a sus escuchas en circunstancias y épocas muy ajenas a lo que imaginaron en su momento. Fueron artistas que lograron grabar su música prácticamente en contra de las expectativas. Están dentro de la historia del rock a pesar de todo, debido a su persistencia, su terquedad por hacerse un lugar, pero también por los azares que los han llevado a ser escuchados en contextos que los reconfiguran para su audiencia como personajes en torno a las cuales la
muerte ha jugado un papel sustancial. A uno lo persigue la leyenda de su muerte,
lo cual lo vuelve un ícono; la idea misma de que alguien ya no pueda volver a cantar glorifica lo que dejó hecho como obra inacabada. Al otro, la muerte real lo
hace convertirse, de hecho, en la imagen idónea del artista joven para siempre: una promesa imposible de cumplirse, el albor de una obra perfecta.
Me parece que ambas condiciones pueden alcanzar a vislumbrarse en unos versos de inspiración tradicional en la forma (endecasílabos) y contemporáneos en la sustancia que cuesta trabajo no considerar proféticos. Se trata de una canción que Rodrigo González grabó con su guitarra acústica en Radio Educación. Se titula “Algo de suerte” y dice así:
En este cuadro de boxeos interminables
en esta tienda de seres humanos desechables
en el resumen de arquetipos conjugados
de tiempos duros explotando en todos lados
a veces siento que se cae esa coraza
que me mantiene seguro de moverme a todos lados
y entonces pienso que he corrido con algo de suerte
en estas páginas dibujadas por la muerte (González, 1986).
La muerte entonces como punto de partida. ¿La muerte o la Muerte? A partir de ella, donde acaba la vida del músico, comienza la otra historia, la del pasado o el olvido, la de la memoria o la eternidad.
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REFERENCIAS
Agustín, J. (1996). La contracultura en México. México: Grijalbo.
Chinn, S., Stott, N., Chignell, G., (productores) y Bendjelloul, M. (director). (2012). Searching for Sugarman. [cinta cinematográfica]. Suecia/Reino Unido: Passion Pictures, Sveriges Television, Yleisradio.
Delingpole, J. (2009). Sixto Rodríguez interview: the rock’n’roll Lord Lucan.
Telegraph. Recuperado de:
https://www.telegraph.co.uk/culture/music/rockandpopfeatures/600430 7 /Sixto-Rodriguez-the-rocknroll-Lord- Lucan.html
González, Rodrigo. (1986). El profeta del nopal. [CD] México: Pentagrama. González, Rodrigo. (1986). Hurbanistorias. [CD] México: Pentagrama.
Neruda, Pablo. (1924). Veinte poemas de amor y una canción desespe rada. Santiago, Chile: Cimientos.
Rodríguez. (1970). Cold Fact. [Vinil] Estados Unidos: Sussex Records.
Rodríguez. (1971). Coming From Reality. [Vinil] Estados Unidos: Sussex Records.

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